Dos muertos y 46 heridos, siete de ellos graves, ha sido el resultado final de un espeluznante accidente de autobús que ayer tiñó de sangre y de tragedia la N-521, a siete kilómetros de Trujillo. El accidente se produjo en torno a las 19.45 horas cuando el turismo Renault Clio, matrícula CC-4315-K, invadió el carril contrario y chocó frontolateralmente contra un autobús matrícula M-4850-ZL, de la empresa Auto-Res, que cubría el trayecto Madrid-Cáceres y que se dirigía a la capital de España.

Como resultado del impacto, resultó muerto el ocupante del turismo, un varón de 32 años que responde a las iniciales A. P. C. M., vecino de Trujillo. El conductor del Clio era otro varón. También falleció una mujer que iba en el bus. Al cierre de esta edición la Guardia Civil no la había identificado puesto que no encontró su documentación y nadie la había reclamado. Los agentes trataban de buscar su identidad mediante las huellas. El cadáver permanecía en el tanatorio de Trujillo.

Efectivos del 112, bomberos, del Servicio Extremeño de Salud (SES), de la Cruz Roja y de diferentes organizaciones de voluntarios se desplazaron al lugar. Al menos dos helicópteros evacuaron a las víctimas, la mayoría jóvenes, que fueron repartidas entre los hospitales San Pedro de Alcántara (donde había 27 heridos) y Virgen de la Montaña, de Cáceres, el de Mérida, el de Don Benito-Villanueva y el Infanta Cristina.

En el lugar del suceso se vivieron terribles imágenes de dolor, especialmente cuando llegó el padre de una de las víctimas. Un joven que presenció el accidente, José Antonio Alegre, recordaba así los hechos: "Vimos el Clio dando bandazos, fueron décimas de segundo y luego sólo se oía gente chillando y mucha sangre".

Más de 30 guardias civiles de Cáceres y Trujillo y al menos 40 voluntarios participaron en las labores de salvamento. El consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, y el subdelegado del Gobierno José Diego Santos, se desplazaron a Cáceres para interesarse por el estado de los heridos.