"La única irregularidad de la perrera es que no tiene licencia de núcleo zoológico, que está solicitada". Lo decía el miércoles Angel Luis Aparicio, el abogado del dueño del presunto centro ilegal de venta de perros de Cáceres en el que el Seprona halló hace días un centenar de cachorros congelados, y ayer lo ratificaba el propio Vicente M. M. "Se me ha tratado injustamente. Esto es una venganza de la Guardia Civil que en junio intentó entrar en mi propiedad".

Así hablaba en el centro en el que conviven medio centenar de perros. "La perrera municipal está en la misma situación que yo, también tiene una denuncia por no tener la licencia de núcleo zoológico". Es el mal que dice haber cometido el imputado, y por lo que la Junta ya abrió diligencias de sanción.

Del resto de delitos --estafa, intrusismo, falsedad documental,...-- se considera inocente. "Soy amante de los animales, jamás he tenido un perro con malformación y los congelados son de clientes a los que se le murieron, que se les han repuesto o devuelto el dinero, y están ahí para poder reclamar", explica el dueño, que dice estar dado de alta en la actividad de compra y venta. Añade que sus perros, que cría, están en perfectas condiciones y que los que mueren enferman "por el estrés del viaje cuando se mandan o incuban algo; puede pasar". Además, le sorprende la postura de la protectora de animales de personarse como acusación cuando "sus instalaciones no se pueden comparar con estas".