El número de transacciones que los clientes realizan en España a través de internet iguala ya al de los cajeros automáticos, un equilibrio que se ha conseguido en sólo siete años tras la primera aparición de una entidad ´on-line´ --los cajeros llevan funcionando dos décadas en el país--.

No obstante, la banca electrónica tiene todavía mucho camino que recorrer en España hasta igualar las cifras que se manejan en Europa. En el 2002 había tres millones de españoles usuarios de e-banca, mientras que el número de europeos rondaba los 42 millones, siendo Finlandia y Suecia los países con más clientes --la mitad de los internautas de estos estados usan la banca electrónica--.

Las previsiones de los expertos apuntan a que este año se alcanzarán los cinco millones en España y los 60 millones en Europa, debido a las facilidades que ofrece este servicio y a la reducción de costes que supone tanto para la entidad financiera como para los propios clientes.

Se calcula que una operación a través de banca tradicional --es decir, acudiendo a una oficina-- cuesta 2,5 euros, frente al euro que supone realizar una operación telefónica y los 0,3 euros que vale una transacción por internet.