Tras más de tres meses en confinamiento telemático, la Universidad de Extremadura recuperó este martes los exámenes presenciales, pero no para universitarios, sino para quienes aspiran a serlo y lo hizo con las medidas impuestas por la nueva normalidad, que marca más distancias y evita aglomeraciones. Comenzaron las pruebas de la Evaluación de Bachillerato de Acceso a la Universidad (EBAU) con 6.274 alumnos matriculados, repartidos en 19 sedes (el año pasado fueron 12) con distinta afluencia: la menor en el instituto Suárez de Figueroa de Mérida con 217 alumnos, y la mayor en la Facultad de Económicas en el campus pacense, con 450, que se repartieron en dos edificios.

Todos con mascarillas antes de entrar en las aulas, en cuyo interior estaba permitido quitárselas pues se guardaron las distancias de seguridad entre asientos. Alfombrillas de desinfección de pies y gel hidroalcohólico y vigilantes de seguridad que solo permitían el acceso a quienes presentaban el impreso de la matrícula. Nada de familiares nerviosos pululando por los pasillos ni en el exterior. Fue esa la orden y la respetaron.

Los alumnos ya conocían de antemano los requisitos que debían cumplir y habían quedado con sus profesores acompañantes, uno por cada instituto, una figura que se ha recuperado este año. Es el papel que le correspondió a Joaquín Monserrat Salazar, profesor del IES Bioclimático de Badajoz, que está al cargo de 81 alumnos, y también a Guadalupe Márquez, responsable de 27 alumnos del IES Santa Lucía del Trampal de Alcuéscar. El título oficial que ambos, junto a otros 128 docentes, desempeñan es el de ‘responsable de centro’ y consiste en que deben «cuidar» de que los jóvenes procedentes de su instituto cumplan las medidas de higiene, seguridad, lleven las mascarillas y respeten las distancias.

Desde que los nombraron han estado en contacto con los estudiantes informándoles de la documentación y de todas las nuevas medidas. Antes del examen quedaron en un punto de encuentro. «Se han portado muy bien, porque como llevamos en esta situación desde marzo, ya han tenido que cambiar su método de estudio en casa y esta es la última fase, son responsables y saben qué tienen que hacer», señala Monserrat. Este profesor es consciente de la desilusionante situación que han tenido que afrontar estos estudiantes, que no han podido disfrutar de su graduación por ejemplo y ahora en la EBAU, «que siempre es estresante, este año estas medidas añaden un poquito de agobio». Márquez, por su parte, señala la «buenísima» organización de la prueba.

Llegada escalonada

A las aulas entraron de manera escalonada, entre las 8.30 y las 9.00 de la mañana y a las 10.00 comenzó la primera prueba, de Lengua y Literatura, de la que se examinan todos los estudiantes, además de Historia, cuyo examen será este miércoles. También se examinaron del idioma. La vicerrectora de Estudiantes de la UEx, Rocío Yuste, explicó al inicio de la jornada que había comenzado «muy tranquila» en todas las sedes, donde se evitaron aglomeraciones. Yuste reconoció que organizar la EBAU ha supuesto «un reto enorme». «Nuestro objetivo principal era que cuando entraran los estudiantes por la puerta estuvieran tranquilos porque estaban controladas todas las medidas de seguridad». Este año cuentan con 400 vigilantes y correctores.

No se han introducido cambios en la cadena de custodia de los exámenes respecto al año pasado. Salvo que las fotocopias se realizan con guantes y mascarillas. Se trasladan a cada una de las sedes en furgonetas dentro de cajas negras cerradas con bridas que no se cortan hasta cinco minutos antes de iniciarse las pruebas. Mañana por la noche regresarán los exámenes en los vehículos. La única novedad, marcada por la situación sanitaria, es que los desinfectarán con ozono durante tres horas y el viernes se repartirán a los correctores.

Aunque esta situación se superase y el coronavirus se convirtiese en un mal recuerdo, Rocío Yuste opinó que habrá medidas del protocolo de prevención que se mantendrán en años sucesivos. La próxima semana les tocará hacer un análisis «de todo lo que ha funcionado bien», porque «es verdad que este año nos hemos esforzado el triple para que todo saliese como hasta ahora» y posiblemente alguna de las prácticas diseñadas se incorporarán en convocatorias sucesivas, como puede ser la llegada escalonada de los alumnos a las aulas.

Las notas se publicarán el 10 de julio, informó el presidente del tribunal calificador, el catedrático José Antonio Pariente. Hay que tener en cuenta que hay un 23% más de alumnos que en la convocatoria anterior y habrá que corregir casi 40.000 exámenes. Pariente calcula que este año puede que baje el porcentaje de aprobados (el último rondó el 90%), aunque «es imposible predecirlo», dado que el número de alumnos es muy superior. Pero hay estudiantes que «en condiciones normales» no se habrían presentado a la EBAU en la fase ordinaria. Son aquellos que han obtenido el título de Bachillerato sin aprobar todas las asignaturas.

Ninguno de los matriculados tuvo que faltar a las pruebas porque se haya contagiado. Un par de estudiantes presentaron síntomas pero el resultado de la PCR fue negativo y acudieron a las pruebas con su informe. En este aspecto, la vicerrectora quiso reconocer «la responsabilidad», tanto de los estudiantes como de los familiares, que han comunicado las mínimas sospechas de posible contagio. Citó el ejemplo de una joven que tenía fiebre y enseguida avisó, aunque era una amigdalitis.

El primer descanso

A la salida del primer examen se aplacaron los nervios iniciales. «Ha sido más fácil de lo que esperaba, han caído los dos temas que esperábamos. Creo que han hecho bien en adaptar los exámenes a la situación que hemos vivido este curso, ha sido duro», señaló Patricia Lucas, de Ceclavín, a las puertas de la Facultad de Filosofía de Cáceres. Este año la EBAU es más flexible y los modelos de exámenes han cambiado. Normalmente los alumnos elegían entre dos opciones (A o B) y este año hay tres modelos distintos de exámenes que ofrecen más opciones, de manera que los bloques de contenidos que no hayan podido recibir de forma presencial, pueden no contestarlos. Otra novedad es que la segunda lengua extranjera también se podrá utilizar en la fase de admisión.

En Lengua, por ejemplo, el examen constaba de tres bloques y dos opciones de preguntas a elegir en cada bloque. En este caso, en el bloque de Comunicación Escrita había que optar por un texto publicado en el Periódico Extremadura de su columnista Francisco Rodríguez Criado (‘El lugar de los libros’), y una segunda opción de Isaac Asenjo (‘La pandemia del coronamiedo y los ciberdelincuentes’), publicada en Hoy. En el bloque de Literatura: la poesía española en el primer tercio del siglo XX o la narrativa desde la guerra civil hasta los años 50.

«Me he quedado muy tranquila después del primer examen, ha sido fácil y se me han calmado los nervios», contaba Estíbaliz a las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres. Y esa facilidad que muchos han encontrado inquieta a los alumnos que buscan entrar en carreras muy deseadas. «Me preocupa bastante que este año haya notas más altas y sea más complicado conseguir plaza», dice Patricia, que quiere entrar en Enfermería o Fisioterapia y necesita más de un 10 de nota. También Andrés Leo confía en entrar en Ingeniería del Software tras un curso «difícil» que ha obligado a retrasar casi un mes la fecha habitual de la selectividad. «Si suben las notas este año será en general para todos y además no conseguirán notas excesivamente altas aquellos que en otras circunstancias no hubieran aprobado Bachillerato», opina Andrea Díez, estudiante de Torrecillas de la Tiesa y aspirante al grado de Economía en la UEx.

Mientras, a las puertas de esta facultad del campus de Cáceres y cobijados bajo la sombra de un árbol esperaban tres padres de Brozas con butacas y el avituallamiento necesario para no pasar ni pizca de hambre o sed en todo el día. «Hemos venido a traerles, a apoyarles y asegurarnos que no les falta de nada». Mañana y pasado piensan volver. La segunda jornada de la EBAU se iniciará con el examen de Historia de España y durante el jueves serán los exámenes de las materias de la fase específica, las elegidas por los alumnos para subir nota y poder llegar hasta un 14.