Entregados en cada sede por una empresa de seguridad en cajas selladas, custodiados y en sobres precintados y lacrados que se van abriendo tan solo unos minutos antes de la hora de cada examen y ante la presencia de testigos. Así llegaron ayer los primeros exámenes de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) a cada una de las doce sedes que están celebrando hasta mañana jueves la selectividad en Extremadura. «Hemos intentando ser totalmente transparentes y pulcros con las medidas de seguridad», destaca el presidente del Tribunal de la EBAU, José Antonio Pariente. El objetivo es evitar las filtraciones que ocurrieron el año pasado cuando, por error, se subieron a la página web de la universidad varios exámenes antes de celebrarse. Ahora los ejercicios no se colgarán en internet hasta el viernes, cuando haya concluido todo el proceso.

Pero ese recuerdo del 2018 no estaba ayer en la mente de los 5.000 estudiantes extremeños que, como viene siendo habitual, llegaron nerviosos al primer examen pero se relajaron a su salida. «Ya más tranquila cuando ves que es un examen asequible», cuenta Noelia tras la prueba de Lengua Castellana y Literatura en la Facultad de Derecho de Cáceres. Para elegir había dos opciones: un artículo de Rosa Montero, publicado por El País, sobre el acoso en las redes sociales y el teatro español en el primer tercio del siglo XX o un texto de Julio Llamazares, publicado por el mismo rotativo, sobre la ausencia de igualdad en el fútbol y la poesía española desde la guerra civil hasta los años 60.

«No creo que vuelvan a repetirse las filtraciones del año pasado, la preocupación puede estar, pero es muy complicado y habrá más control», cuenta Enrique Carretero, alumno del Licenciados Reunidos. Quiere estudiar Bioquímica en la Universidad de Extremadura y necesita superar el 10: «espero conseguirlo». Por eso, él como la mayoría, se presenta también a la fase específica y voluntaria dela EBAU para subir nota. Su compañero de centro, Alejandro Cisneros, también quiere quedarse en Extremadura: «voy a estudiar Ingeniería Informática y creo que en este área la UEx es de las mejores». Helena Ferrero, del Sagrado Corazón, hará Matemáticas «donde sea, donde me llegue la nota» y María Sánchez, del IES El Brocense, piensa entrar en Educación Social en la UEx. «Me encantaría trabajar de educadora en la cárcel o en un centro de menores», dice.

Pero entre los 5.000 estudiantes extremeños que se juegan desde ayer su futuro también hay indecisos como Pablo Rodríguez, aunque tiene claro que tirará por alguna ingeniería, y otros que ya saben que, de momento, no irán a la universidad. Es el caso de David García, alumno del nocturno de El Brocense que sueña con opositar a policía, o Alicia Hortigón, del Sagrado Corazón que tiene claro que se decantará por un ciclo de Formación Profesional. «Me llama más la atención una FP que una carrera, pero hago selectividad por si acaso lo necesito más adelante».

Se jueguen más o menos en la EBAU, pero cada uno de los alumnos está dando lo mejor de sí hasta mañana jueves porque saben que a partir de entonces empiezan a escribir su futuro profesional. Laura Gómez quiere ser veterinaria, Iris Pulido quiere convertise en maestra de Infantil, Paula Rodríguez quiere ser farmacéutica, Enrique Carretero bioquímico,...

De momento, la primera jornada de la EBAU transcurrió casi con total normalidad si no fuera por varias incidencias «menores»: se detectaron algunos errores ortográficos en el examen de inglés, «pero no obligarán a anular ninguna pregunta ni tendrán incidencia alguna en las calificaciones de los alumnos», explicó Pariente, y también hubo problemas en alguna sede a la que tuvo que acudir un cerrajero a abrir las puertas de un aula. «Más allá de eso, con normalidad», valoró el presidente.