Es más que un deporte, es una afición y un anzuelo, nunca mejor dicho, para el turismo. En Extremadura hay en la actualidad 6.000 pescadores federados y se recuentan más de 100.000 licencias, según explica Miguel Bonifacio, presidente de la Federación Extremeña de Pesca.

El Periódico Extremadura hace un recorrido por los lugares más idóneos para practicarla junto a tres amantes de este arte de las provincias de Badajoz y Cáceres. El sol se tumba en el agua y los aficionados de esta ocupación buscan entre la maleza un recoveco solitario en el que sentarse.

La pesca es eso: mirar al agua y esperar. Conversar. Entrar en contacto con la naturaleza y su entorno. En Extremadura existen numerosos embalses, ríos, arroyos, charcas y pantanos para llevarla a cabo. Descubrimos cuáles son los mejores espacios, las especies más abundantes y qué necesitamos para hacer esta escapada.

El sedal se tensa y en el forcejeo entre el hombre y el animal se rompe la quietud de la estampa. Este texto busca esa imagen, hecha de orilla, placidez, silencio de domingo y caña.

Los embalses y ríos sustituyen a la infinidad del mar por otras sensaciones. El sigilo y la calma del agua, la cercanía a la ciudad y el olor a sierra, montaña y pantano han ganado muchos adeptos y son cuantiosos los que optan por la pesca en aguas de interior.

Es el caso de Óscar Morillo Molano, un auténtico apasionado de este hobby de la localidad pacense de Guadiana del Caudillo. Recuerda que «desde pequeñito ya iba a pescar con los colegas del pueblo, pero luego lo dejé un poco de lado. El año pasado volví a retomar la práctica con la modalidad deportiva del carpfishing (atrapar grandes ejemplares de carpas)».

Asimismo asegura que «hay pocos gremios más comprometidos con el medio ambiente que el mío». De este modo, los pescadores no se hacen con sus capturas, sino que se fotografían con ellas y las dejan en libertad. Es lo que llaman la suelta. «Así se disfruta lo mismo y de una forma siempre sostenible», señala.

Frecuenta los embalses de Cordobilla de Lácara y Orella y el río Guadiana en Don Benito, que son paraísos para los expertos de la caña. Allí abundan las carpas comunes y royales, lucios, black bass, peces gatos, percasoles y las tencas, estas últimas son uno de los manjares de la gastronomía de nuestra tierra. «Los papeles de la barca y una licencia para tirar la caña y poder desplazarme por la comunidad autónoma nunca faltan en mi cartera», resalta Morillo.

Para ejercer la captura se requiere de un buen equipo que se adquiere en las tiendas de deporte. Entre los elementos necesarios están la silla, una caña, el soporte de la caña, anzuelos, sedas, rapalas, plomos, diferentes aparejos y mucha paciencia. «Si no tienes paciencia, nunca serás un buen pescador», confiesa entre risas.

Los anzuelos son de distintas tipologías. Los hay de maíz, trigo, verdbasse, lombriz (que únicamente se usa en primavera cuando los arroyos fluyen), el asticot (un gusano o larba de la mosca verde), o la albilla (un tipo de guisante). Los aficionados también emplan el godo, unas harinas vegetales que echan a las aguas para atraer la atención de los peces. Morillo aconseja que le pongan cariño a este arte y oficio milenario, «el mismo entusiasmo los enganchará. Es un deporte que atrae y además, cuenta con la ventaja de poder realizarse en la naturaleza».

¿Cuál es la mejor hora para que los pescados muerdan bien el cebo? Por la mañana o por la noche e incluso en días lluviosos. ¿Y dónde están los lugares idóneos para atraparlos en Badajoz? Orellana, donde se encuentran el actual récord de España de carpa común con un ejemplar que pesó más de 36 kilos. Hasta ahora el pez más grande que ha metido en su cesta el joven guadianero alcanzaba los 17,2 kilos.

Jesús Fuentes González, de Arroyo de la Luz, recuerda los veranos de su infancia, cuando acudía al embalse del pueblo y comenzó su pasión por la pesca. Suele capturar depredadores: black bass, sirulos y lucios. Le gustan tanto estas especies que las devuelve al río porque «quiero que cada vez crezcan más y se mantenga así el ecosistema».

Isidoro Rodríguez, preparando las cañas / EL PERIÓDICO

Entre sus sitios preferidos está el embalse de Alcántara, el Tajo, el Almonte, el Alagón o el pantano de Valdecañas. De la misma manera acude a Sierra Brava, que aunque está en la cuenca del Guadiana, pertenece a la provincia de Cáceres y es uno de los lugares donde habitan las mejores especies. «Es uno de los sitios más destacados de España», subraya.

«Con una caña, ganas y tiempo vas sobrado para ser buen pescador», apostilla Jesús, que hace poco sacó en Orellana un hermoso black bass de algo más de tres kilos. «La mejor marca nacional está en torno a cuatro kilos y lo vi salir en Orellana igualmente. Lo que tenemos aquí no lo tiene ninguna zona de Europa. Vas a ese embalse y ves guías italianos y franceses porque la pesca es una de las fuentes turísticas más importantes de Extremadura, aunque a veces eso no se conozca lo suficiente», concluye.

Del río al plato

Isidoro Rodríguez Corrales es de Cáceres y se casó en Torremocha con Carmen. Su hobby comenzó de forma accidental. «A mí me gustaba un montón la tenca, un primo de mi mujer me enseñó y tuve la suerte del principiante el primer día, porque hice un cubo de 15 ejemplares muy bonitos», cuenta con orgullo y emoción.

De eso hace ya más de 20 años. El amor por esta actividad comienza para él en mayo y termina en septiembre. Destaca a la Sociedad de Pescadores de Torremocha Cristo del Humilladero, de la que fue presidente y hoy en día es socio; desempeña una gran labor en defensa de este deporte. Además es abonado del pantano de Zarza de Montánchez, espacio donde igualmente acude a pescar.

«Las tencas las suelo consumir porque es un pescado muy bueno, difícil de que pique. Así que normalmente las utilizo para cocinarlas, y las reparto entre la familia y los amigos», aclara.

Echar la caña, el ambiente con el campo le aporta a Isidoro mucha tranquilidad: «Haces muy buenas amistades y es mi pasión. Comparto dos o tres veces a la semana esta práctica, sobre todo a primera hora de la mañana. Acudimos a la sociedad, celebramos comidas y pasamos ratos estupendos», comenta.

Finalmente, el cacereño explica que la pesca de las tencas requiere de un material sencillo y se le hace la boca agua al confesar que el mejor modo de prepararlas son fritas en la sartén.