La organización Ecologistas en Acción de Extremadura solicita que los buitres se alimenten de cadáveres de los animales de las ganaderías extensivas de la Red Natura 2000, ya que la normativa de recogida provoca la alteración de la cadena alimentaria. A juicio de la asociación, los cambios en los hábitos de alimentación de estas aves se deben a la acción de ser humano, que impide que aprovechen los animales muertos de la cabaña ganadera y los restos de las piezas de las cacerías.Según recoge la agencia Efe, la normativa estipula que toda res muerta debe ser retirada hasta el lugar de su incineración, pero Ecologistas en Acción considera que esto no es necesario en muchas explotaciones ganaderas extremeñas, donde las aves carroñeras eliminan los cadáveres de forma "muy efectiva y económica". En su opinión, esta normativa es, en gran parte, el origen de la carencia de alimento para buitres y alimoches. Por ello, piden que se estudie la exención del cumplimiento de esta normativa de recogida de cadáveres a todas aquellas ganaderías extensivas que estén en espacios incluidos en la Red Natura 2000 y que se permita la evisceración, al modo tradicional en las cacerías. También solicitan una ágil aplicación en Extremadura del Real Decreto 664/2007, relativo a la alimentación de las aves rapaces necrófagas. En este sentido, recuerdan las conclusiones del curso de verano de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), celebrado en Plasencia el pasado julio, al que asistieron como alumnos y como ponentes destacados especialistas en buitres a nivel nacional e internacional. Este curso fue dirigido por Fidel José Fernández y Fernández-Arroyo, uno de los expertos nacionales que mejor conoce este tipo de aves, a las que lleva estudiando durante años. En esas jornadas alertó de la brusca disminución de las poblaciones de aves carroñeras y se concluyó que es importante mantener las relaciones de los buitres con la ganadería extensiva, para asegurar la supervivencia de ambos y para evitar que una normativa demasiado rígida pueda ocasionar una catástrofe. Además, se apuntó que el uso ilegal de veneno se ha generalizado de forma muy alarmante en los últimos años y está teniendo un gran impacto en las poblaciones de aves carroñeras, lo que echa por tierra muchos de los logros de conservación de las últimas décadas.