Organizaciones ecologistas como Adenex o Ecologistas en Acción han mostrado su oposición a la posible reapertura de este tipo de minas. Según defienden, las explotaciones de uranio conllevan un tipo de minería muy agresiva con el medio ambiente, por la extracción propia del mineral, el movimiento de miles de toneladas de tierras y la destrucción del paisaje.

En Adenex aseguran que la extracción de este mineral produce siempre liberación de gas radón en grandes cantidades, así como polvos contaminantes. Los vertidos y derrames en las minas de uranio, "relativamente frecuentes, provocan la contaminación de suelos y cursos de agua, suponiendo importantes riesgos ambientales y sanitarios".

Pero los ecologistas además hablan de graves daños para la salud de los ciudadanos que trabajan o viven cerca de estas explotaciones. "Está sobradamente demostrado, con trabajos científicos y estudios epidemiológicos, la relación causa-efecto entre la actividad minera del uranio y diferentes enfermedades de riñón y de pulmón, además de cáncer".