Eduardo Alvarado, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), es el invitado de este mes en el programa Extremadura Opinión que emite RNE y dirige José Andrés Castellano, quien lo entrevista junto con Pablo Caro, director de la agencia Efe, y Fernando León, de EL PERIODICO.

--La Plataforma Refinería No ha pedido su dimisión por no defender las aguas del río de una supuesta agresión. ¿Qué puede decir?

--Que tengo que hacer mi trabajo y lo hago, velando para cumplir los tiempos y los plazos. Hemos estado informando sobre cuestiones que la Junta de Extremadura y los promotores nos solicitaban y estamos en la fase de preparar un informe para que la Dirección de Calidad Ambiental emita la Declaración de Impacto Ambiental.

--¿A qué achaca estas críticas?

--Son opiniones y valoraciones que no voy a contestar.

--Pero el proyecto de refinería ¿afectará al Guadiana?

--Cualquier actividad agrícola, ganadera o industrial, todo es intervenir en el ciclo del agua. Si se pusiera en marcha esa industria también intervendría en el ciclo hidrológico, utilizando unos volúmenes que son asumibles y generando unos vertidos que tenemos que controlar para que cumplan todos los requisitos de la norma española y comunitaria, sin ningún problema. No es igual una quesería que una refinería, con el añadido de que aguas abajo está Portugal y tiene que recibir los caudales suficientes con garantías de calidad.

--Portugal ha expresado temores a los posibles efectos de la refinería, ¿que le puede decir?

--Si nos preocupa Portugal, antes nos preocupa España. Con absoluto respeto, me parece normal que emita su informe sobre las posibles afecciones que desde su punto de vista pueda tener. Es un ejercicio democrático maravilloso que dos países europeos puedan conocer las instalaciones industriales que existan a una parte y otra de la frontera y los posibles efectos de las mismas. Es normal y legítimo que Portugal haga sus indicaciones y lo evaluaremos.

--¿No se está siendo demasiado exigente con este proyecto?

--Se está haciendo de forma muy eficiente. Y me parece razonable porque da seguridad al procedimiento y al conjunto de la sociedad, pero sí, tal vez se esté con la lupa demasiado encima, pero no creo que haya que dramatizarlo, es normal por la importancia que tiene el proyecto.

--¿Y cómo está la lupa en cuanto a la sobreexplotación de los acuíferos en la cuenca alta? ¿Cómo afecta a las Tablas de Daimiel y al resto de la cuenca?

--Sí afecta al resto de la cuenca. Todo lo que ocurre a las aguas superficiales y subterráneas tiene sus efectos; las aportaciones son menores y eso sí afecta a las tablas de Daimiel. Lo importante es el enorme esfuerzo que se realiza para invertir esa tendencia. Se ha estado detrayendo durante décadas más agua de la que entraba, pero creo que se está consiguiendo invertir la tendencia.

--¿Cuál es la calidad del agua del Guadiana? ¿Se bañaría?

--Creo que es buena. Me bañaría.

--¿Se bañaría en Badajoz?

--No. Me he bañado en Badajoz, aspiro a bañarme y estoy convencido de que volveré a bañarme. Las condiciones mejoran a pasos agigantados. El agua es de calidad desde las Vegas Altas. Se realizan procesos de depuración y el caso más evidente es Almendralejo, que genera una actividad industrial importante.

El ministerio y el gobierno autónomo negocian el Plan de Calidad de las Aguas y en el 2015 todos los núcleos de población contarán con su proceso de depuración; Badajoz, Mérida, Villanueva-Don Benito, o núcleos de menor entidad; eso redundará en la mejor calidad de las aguas. Y se llevan a cabo medidas de buenas prácticas agrícolas, con buenos resultados. Tenemos indicadores biológicos indirectos como que se ha recuperado el pez fraile, o la presencia de nutrias. ¿Hay que mejorar la calidad? Si. ¿Vamos a pelearnos por ello? Hasta el final.

--¿Cómo evoluciona la sequía?

--Estamos razonablemente bien. Yo he utilizado el término sequía oculta, porque percibimos que llueve, pero los embalses del Guadiana no se llenan, están al 51%, que no es poco, son casi 4.000 hectómetros cúbicos, cuando en la cuenca alta están al 55% y no llegamos a los 300. Estamos por debajo del año pasado por estas fechas, pero tenemos asegurado el abastecimiento humano y si lo hacemos bien, dos campañas de riego.

Por todo eso es importante trabajar a corto plazo gestionando el agua lo mejor posible, y a largo plazo incidiendo sobre las estructuras que nos aseguren la regulación: la presa de Villalba, que se está construyendo, o la de Alcollarín y la de Búrdalo, que están ya autorizadas, por ejemplo. Y tenemos que trabajar en estrecha colaboración los regantes, que son fundamentales en este caso.

--¿Cuál es la previsión?

--No se puede hacer. Yo no me atrevo a decirlo, tampoco en cuanto a los próximos años, y ni sabemos si afecta el cambio climático. Desarrollamos algunas investigaciones sobre posibles efectos del cambio climático, pero no podemos decir que los próximos años vayan a ser ni más secos ni más lluviosos. Independientemente de que el cambio climático es una realidad.

--Aunque no se trate de su cuenca, ¿qué opina sobre el posible trasvase del embalse de Valdecañas a Levante?

--Yo tengo bastante con el Guadiana. La posición la han marcado claramente tanto la ministra como el secretario de Estado. En estos momentos no se está trabajando sobre el tema. Y cuando haya que hablar, se hablará.

--Pero, en general, ¿es una política adecuada o es mejor poner desaladoras?

--No no voy a contraponer una opción con otra porque sería erróneo, creo que hay que utilizar las mejores tecnologías posibles, teniendo en cuenta que el agua es un recurso público que cohesiona país y articula territorio; el agua no es de nadie, ni de ningún territorio; es del conjunto de los ciudadanos y se tiene que utilizar de manera correcta en función de las necesidades.

--En relación al proyecto de recuperación del río en Badajoz, ¿cabe plantearse en el futuro hacerlo navegable hasta Alqueva?

--Las obras están en la fase de apertura de ofertas y adjudicación, y espero que en junio puedan comenzar las obras. En cuanto a lo de navegable, será difícil, porque las condiciones no son favorables, significaría el anegamiento de una aparte importante de la rendatura aguas abajo del azud y tendría unos impactos ambientales importantes.