La propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) lanzada por Bruselas no ha gustado nada al campo extremeño, que aún tiene muchas dudas sobre su contenido y sus posibles consecuencias. Para intentar aportar un poco de luz, el director general de Cooperativas Agroalimentarias de España, Eduardo Baamonde, ha participado esta semana en Cáceres en la segunda edición del Encuentro Empresarial de Cooperativas Ganaderas (organizado por Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura). Baamonde avisa: en esta materia Europa avanza en sentido contrario a las necesidades del planeta.

--La nueva PAC fija ayudas por hectáreas, no por producción. ¿Puede eso desincentivar la producción en España para los próximos años, en los que la FAO prevé un aumento de la demanda alimentaria en el mundo?--La Comisión pretende que la PAC sea cada día más verde, más extensiva y muy exigente en producción, salud alimentaria y sanidad animal. Y frente a esa posición el mundo se ha ido globalizando, introduciendo competidores en nuestro propio mercado que no tienen que cumplir esas restricciones. Además, el desacoplamiento de las ayudas respecto a la producción supone un freno a la mejora de la productividad. El mercado va por un lado y las políticas van por otro, con el gran reto que tenemos que afrontar: el de un aumento de la demanda alimentaria a nivel mundial del 70% en los próximos 30 años.

--¿Y eso no empuja a Europa a una dependencia exterior en alimentación como ahora la tiene en petróleo, por ejemplo?--Nos empuja a la dependencia exterior y a la vulnerabilidad. Seremos más vulnerables cuanto más dependientes. Si no somos capaces de producir una parte importante de los alimentos que consumimos en la UE vamos a tener que importarlos, y lo que importemos va a ser producido seguramente en unas condiciones sanitarias y en condiciones más nefastas para el medio ambiente que en la UE. No es cuestión de precios, sino de sostenibilidad que los ganaderos y agricultores europeos sigan produciendo.

--La propuesta de la PAC fija las ayudas por hectáreas. ¿Eso perjudica al productor de aquí, en especial al ganadero?--Tenemos una parte de la ganadería, la extensiva, ligada a la tierra, que el ganadero no es propietario de la tierra. Ahí se plantea un problema y un riesgo, porque el ganadero puede perder la ayuda que ahora recibe por cabeza de ganado. Otra parte de la ganadería, la más intensiva, donde también hay ayuda acoplada por ejemplares, que no tiene tierras ni alquilándolas. Es algo que debemos corregir.

--¿Le parece justo que se fije una ayuda básica --tarifa base-- e igual para todo el sector, independientemente del cultivo o la ganadería a la que se destine?--Las tasas planas son siempre injustas porque no tienen en cuenta las especifidades y costes productivos de cada sector. La CE no plantea una tasa plana para todos, sino regionalizar esas tasas planas. Es tremendamente peligroso porque trata a todos por igual cuando quien no tiene las mismas condiciones de producción no debería tener tampoco las mismas ayudas.

--¿España percibirá menos?--Por un lado, dependerá del presupuesto global que otorgue la Comisión, y eso no se definirá hasta la primavera del 2013. No sé si percibiremos más o menos, pero si el criterio va a ser la superficie de cultivo, España tiene mucha superficie de cultivo y tenemos una posición para defender los fondos españoles mejor que otros países que teniendo menos superficie están cobrando hoy muchas ayudas.

--Lo que sí está claro es que habrá que repartir entre más.--En España hay 24 millones de hectáreas que ahora podrían ser susceptibles de recibir ayudas cuando ahora solo las reciben unas 17 millones. Por tanto, aunque recibamos los mismos fondos, habrá que repartir entre más agricultores y ganaderos, y eso puede provocar descensos en los importes de cada agricultor. Todo esto puede provocar una tensión tremenda entre comunidades autónomas e incluso entre los sectores, porque la CE deja en manos de los estados la decisión del reparto.