Amargá ". Son las ocho de la mañana. María acaba de llegar a su trabajo y este es el recibimiento que le obsequia un niño de solo cinco años. Será el primero de los muchos insultos que tendrá que escuchar a lo largo del día. Es educadora social en uno de los centros de menores de Extremadura. Para compensar ese tipo de desgaste psicológico, que incluso a veces pasa al plano físico, el Colegio de Educadores Sociales solicita que se les compense con un plus por penosidad. Es una de las demandas que este organismo, creado recientemente, está recopilando para hacérselas llegar a la Administración extremeña.

"Estamos recogiendo las peticiones de los propios profesionales" --explica la presidenta del Colegio, Inés María Solomando-- y ya hemos solicitado una entrevista con la consejera de Igualdad y Empleo, Pilar Lucio, para hacérselas llegar. De momento, ya tienen las de los trabajadores de los centros de atención a menores y entre ellas destaca la compensación económica por penosidad y la garantía de la seguridad, así como --algo común para los educadores que trabajan en todo tipo de centros-- que se tengan en cuenta cuáles son sus funciones para no convertirse en "chicos para todo".

INSEGURIDAD "Trabajamos con menores con muchas carencias y a veces son muy conflictivos", explica Solomando. Según detalla, el educador se encarga de cubrir esas carencias, pero desde una posición complicada. "Si un menor nos pega o nos insulta, ¿quién nos protege?", se pregunta la presidenta del Colegio, añadiendo que pueden poner una denuncia, "pero lo cierto es que los adultos están más desprotegidos que los menores".

Por eso otra de sus reivindicaciones es el incremento de la seguridad, ya que no siempre hay agentes en todos los centros. Además, solicitan la cobertura total de las bajas del personal de los centros de menores, ya que recuerdan que cubren las 24 horas del día, 365 al día del año.

Por otro lado, en la línea del plus de penosidad, también piden un complemento educativo, por ser el apoyo a las tareas escolares el que ocupa la mayor parte de su jornada laboral. En este sentido, Solomando reconoce que no es el mejor momento para pedir mejoras salariales y asegura que los educadores sociales son "comprensivos" con la actual situación económica, pero aboga por que estas cuestiones se tengan en cuenta de cara al futuro.