El Gobierno de Estados Unidos ha decidido imponer un arancel a las importaciones de aceituna negra española. La medida es el resultado de la investigación que abrió en julio el Departamento de Comercio de EEUU a instancias de productores de aceituna californianos, que alegaban que este producto se importa a un precio por debajo del de mercado gracias a las subvenciones que recibe. Aunque la decisión aún no es definitiva, ha sido acogida con preocupación no solo por lo que supone para este producto en concreto, sino por la posibilidad de que se trate del primer paso dentro de una escalada proteccionista que afecte a más sectores. En el 2016, EEUU fue el décimo mercado en importancia para las exportaciones extremeñas, con casi 29,5 millones de euros, y es uno de los que más peso han ganado para ellas en los últimos ejercicios.

El año pasado, las importaciones estadounidenses de olivas maduras españolas ascendieron a más de 60 millones de euros, la mayor parte con origen en Andalucía. En el caso extremeño, la aceituna de mesa es uno de los productos que en mayor medida se exportan a EEUU. Los envíos —sumadas todas las variedades del fruto— supusieron 3,3 millones de euros, un 11% del total. En apenas cuatro años, desde el 2012, se ha duplicado el valor de las expediciones de este fruto. Además, también habría que tener en cuenta la parte de producción extremeña que compran compañías ubicadas en otras comunidades autónomas y que luego exportan al mercado americano con su propia marca.

El arancel se ha particularizado para tres empresas (todas andaluzas) en función del mayor o menor apoyo público que la administración americana ha considerado que reciben. Para cada una de ellas los envíos se encarecerán un 2,31%, un 2,47% y un 7,24%, respectivamente. Para todas las demás, se aplicará una misma tarifa, del 4,47%. «Es una medida aún provisional», recordó ayer Ramón Montero de Espinosa, director territorial de Comercio-Icex en Extremadura, quien incidió en que el Gobierno español presentará alegaciones en contra de este tributo por considerar que «no tiene fundamento». La decisión definitiva se conocerá a inicios de abril próximo pero, entretanto, desde ya mismo el servicio de aduanas y protección fronteriza de los Estados Unidos cobrará depósitos en efectivo a los importadores. En caso de que finalmente el arancel no llegue a materializarse de manera definitiva, estas cantidades serán devueltas.

En este sentido, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó ayer que el Gobierno «va a pelear en las próximas semanas» contra este arancel e hizo hincapié en que «las ayudas que se están dando al sector de la aceituna son perfectamente compatibles con la Política Agrícola Común (PAC)» y con las reglas del comercio internacional. También criticó esta decisión la Comisión Europea, que defendió que las ayudas que la UE concede a productores a través de la PAC no provocan distorsiones en el comercio.

Tras Andalucía, Extremadura, es la comunidad autónoma con un mayor número de entamadoras y con una producción más elevada de aceituna de mesa, un sector en el que España es líder mundial. En lo que a la negra respecta, procede sobre todo del norte de la provincia de Cáceres. Una de las industrias ubicadas allí es Aceitunas Merino, de Moraleja. La mitad de su producción va a parar más allá de las fronteras españolas, y Estados Unidos es su principal mercado fuera de la UE. Supone «un 15% de nuestra facturación», explicó ayer Eufrasio Merino, su gerente. Eso supone unos 400.000 euros en envíos al año, fundamentalmente de aceituna negra deshuesada o en rodajas laminadas. «Esta misma semana he mandado dos contenedores», agregó. Cada año, esta firma transforma entre 2,5 y 3 millones de kilos. Al «impacto negativo» que supondrá para ella esta medida proteccionista, se suma también el de la mala campaña de este año, a causa de la falta de lluvias, y el de «un aumento de los precios de la hojalata para los envases, que ya se está sondeando, de en torno a un 8%».

La otra gran zona extremeña productora de aceituna de mesa está en Tierra de Barros, aunque aquí el tipo predominante es la verde. «A nosotros no nos afecta directamente, pero sí indirectamente, porque tenemos muchos clientes que nos compran aceituna para oxidarla y venderla a Estados Unidos», señaló José Luis Gordillo, presidente de Viñaoliva. «En la verde aún no han entrado. El miedo que tenemos es que, al considerar ellos la PAC como una competencia desleal, este sea el comienzo a partir del cual empiecen a poner aranceles a todos los productos de la UE», subrayó el máximo responsable de esta cooperativa de segundo grado con sede en Almendralejo.