Xosé Antonio Perozo Ruiz proviene de una familia de labradores por parte de padre y de pequeños negociantes por parte de madre. Es el único hijo de la familia al que no le dio por los negocios ni por el campo. Desde pequeño tiene una inclinación por las letras y la literatura, aunque en su casa prácticamente no había libros.

Uno de sus maestros, José González, le descubrió que las cosas que contaba de niño no eran mentiras, eran historias. "Adivinó que yo no era un niño mentiroso como todo el mundo pensaba, sino un fabulador". Es curioso que en las nuevas generaciones de su familia, los jóvenes se dedican a la danza, la música, la producción de televisión, el cine y la literatura.

El origen de los Perozo se remonta al siglo XIII. Son hidalgos que bajan a Murcia y a Extremadura desde los valles cántabros como caballeros de la Orden de Santiago durante la Reconquista, estableciéndose en Llerena fundamentalmente, donde se quedan. Hay incluso un licenciado Perozo que dará nombre a una calle de Llerena hasta que cambia de nombre y se le pone el de un rico hacendado llamado Bolaño.

PERIODISTA TODOTERRENO

Al llegar usted a Galicia empieza a trabajar en la radio y en los periódicos.

-- Mi primer trabajo fue en La Voz de Vigo, que era una emisora de radio. Luego paso al periódico El Pueblo Gallego, donde llevaba las páginas culturales. De ahí paso a La Voz de Galicia, a Radio Juventud de La Coruña, estuve en Radio Popular, en Radio Nacional... Desembarco en Faro de Vigo, llego a subdirector y de ahí me voy en 1987 a Televisión de Galicia que estaba recién creada. Después estuve de director general adjunto de CTV, una productora de televisión, estuve en otra empresa montando una red de corresponsalías en toda España, luego volví a Santiago porque me llamó su alcalde de entonces, Xerardo Estévez, para montar el gran evento Compostela 93-99, que era la transformación de Santiago y de ahí nace el Xacobeo 93 y toda la historia consiguiente.

A mí me toca preparar la imagen de ese proyecto y ya me meto en historias de comunicación, monto el grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, al que pertenece Cáceres. Entre el alcalde de Toledo y yo hicimos los estatutos. Decidí después dedicarme a escribir, pero me llamó un editor, Bieito Ledo, para dirigir la editorial Ir Indo y llevar la Enciclopedia Galega Universal. Finalmente he regresado al Ayuntamiento de Santiago como asesor. Además, tengo 33 libros publicados. Me he presentado a dos premios de novela y los he ganado.

Casi toda su obra está escrita en gallego.

-- El 70-80% de mis libros están escritos en gallego porque cuando yo llego a Galicia me vinculo a la cultura gallega y no lo hago por oportunismo pues entonces era muy difícil publicar en gallego. Conozco a Cunqueiro, conozco a Castroviejo. Me enamoro de la cultura gallega. Empiezo a publicar algunos cuentos y empiezan a funcionar.

Su última novela, sin embargo, está escrita en castellano.

-- Rosas para Gabriela , mi última novela, es una forma de cómo yo estando fuera puedo ver la vida de lo que ha sido mi tierra, de lo que ha sido un siglo de Extremadura visto por la gente que se ha tenido que ir de Extremadura porque aquí, en los años 60, prácticamente comían quienes tenían un trozo de tierra o un comercio pequeñito. En este libro no está Galicia porque los emigrantes que aparecen están en Madrid. Esta novela es el espejo de lo que le ha sucedido a mucha gente de mi generación que hoy están desarraigados en Barcelona, Bilbao, Alemania y sus hijos no son extremeños ni sienten la tierra como la sentían sus padres. Yo he procurado a lo largo de mis 52 años no desarraigarme nunca de Extremadura, pero tampoco dejarme llevar por la nostalgia. La nostalgia puede acabar pudiendo más que tú y acabas no viviendo ni el presente ni el pasado que has dejado atrás. A mí me ha liberado de esa nostalgia y del desarraigo seguramente la literatura.

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