--¿Cómo es la colaboración con las fuerzas belgas?

--La relación es excelente con el personal belga. Incluso estamos trabajando con unidades combinadas y mixtas con ellos.

--Defíname el día a día de la compañía

--El día a día es duro. Hay que entender que nosotros trabajamos 24 horas y siete días a la semana. No tenemos ningún día de descanso.

--¿Cuál es la misión más importante de la Force Protection?

--Las misiones con más carga de trabajo son la de escolta de entrenadores y la de guardia del KTC (Koulikoro Trainning Center).

--Es la primera vez que una brigada pesada realiza este tipo de misiones. ¿Ha supuesto una presión extra?

--Ahora todas las unidades son de la misma categoría. No hay brigadas de primera o de segunda línea, sino que todas son iguales y tienen que tener capacidad para asumir misiones en cualquier escenario. Ha sido un desafío extra, pero lo hemos asumido con gusto. La Brigada Extremadura XI ya había asumido retos como este, como cuando fue por primera vez a Irak en el 2003.

--¿Qué destacan las fuerzas extranjeras de los militares españoles y extremeños?

--Destacan mucho el nivel de profesionalidad. El comportamiento y la compostura que ha tenido la compañía ha sido ejemplar durante los seis meses. Fruto de ello es que hemos tenido constantes felicitaciones a todos los niveles y eso nos llena de orgullo.

--La última. ¿Cómo se sobrelleva el estar lejos de la familia?

--Yo me casé con una extremeña, de Cáceres, y tenemos un niño de 7 años y una niña de 4 años y medio, Jaime y Martina. Es el aspecto más difícil de la misión. Sobre todo en mi niña se nota mucho el cambio porque está en la edad en la que deja de hablar como una niña y empieza a hacerlo como un adulto.