La Asamblea de Propietarios de la central de Almaraz, convocada para mañana para discutir sobre la solicitud de un nuevo permiso de explotación, podría no celebrarse tras los avances registrados en la reunión mantenida hoy entre las empresas y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Fuentes conocedoras del encuentro han indicado hoy a Efe que, aunque no se ha llegado a ningún acuerdo concreto, se ha avanzado en muchas cosas, como que las decisiones de las empresas socias en centrales nucleares no tengan que ser adoptadas por unanimidad, así como trabajar en un calendario de cierre central a central, por el cual no se cerraría ninguna planta antes de 2025 ni más tarde de 2035 o 2036.

Aunque antes de las 20:00 horas no se había producido la desconvocatoria formal que tiene que hacerse a instancias del presidente del Consejo de la Central Nuclear Almaraz-Trillo o del accionista mayoritario, que en el caso de la central ubicada en la provincia de Cáceres es Iberdrola, con un 53 %, la suspensión de la Asamblea sólo estaba pendiente de ver los trámites legales que hay que cumplir para su desconvocatoria.

En el encuentro con la ministra, en el que han participado los presidentes de Iberdrola y Naturgy, Ignacio Galán y Francisco Reynés, respectivamente, y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, no se ha cerrado un acuerdo concreto, pero sí ha habido avances en varias cuestiones sobre el futuro de las centrales nucleares en general, han indicado las citadas fuentes.

Uno de esos avances es la posibilidad de que el Ministerio para la Transición Ecológica modifique la normativa para que las decisiones en las agrupaciones de interés económico, en que se constituyen las centrales nucleares, no tengan que ser adoptadas por unanimidad como ocurre en la actualidad, sino por "mayorías razonables" que se fijarían en una normativa que las empresas negociarían con el Ministerio.

Con ello, se evitaría que la falta de acuerdo entre los socios acabará abocando al cierre de nucleares, como ya ocurrió con Garoña, en Burgos, y podría suceder con Almaraz, ya que Iberdrola y Naturgy, que tiene un 11 %, defienden pedir sólo la renovación de la licencia de explotación por cuatro años, mientras que Endesa, que tiene un 36 %, quiere que se solicite por diez.

Según las mismas fuentes, en la reunión el Ministerio para la Transición Ecológica ha planteado un cierre escalonado del parque nuclear y negociar un calendario de cierre central a central en el que ninguna planta se cerraría antes de 2025 ni más tarde de 2035 o 2036.

En el caso de Almaraz, por ejemplo, esto extendería su permiso más allá de los 40 años de vida útil que la central cumple en 2023 y el plazo de 2025 haría que la renovación de la licencia de explotación fuera por más de cuatro años.

Las cinco centrales nucleares operativas en España -Almaraz (Cáceres), Vandellós (Tarragona), Ascó (Tarragona), Cofrentes (Valencia) y Trillo (Guadalajara)-, con un total de siete reactores, cumplen su vida útil de 40 años entre 2023 (Almaraz) y 2028 (Trillo), con lo que, de no extenderse esa vida útil, el parque nuclear español quedaría cerrado en 2028.

Además, cualquier decisión sobre ese calendario de cierres central a central sería revisada por la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), encargada de los residuos y el desmantelamiento de centrales nucleares y que tiene un fondo para estos fines que se nutre con las aportaciones de las eléctricas.

Enresa determinaría si existen fondos suficientes y la capacidad técnica para acometer ese calendario de cierres.

Todas estas medidas para el cierre ordenado de la energía nuclear en España tendrán que desarrollarse en breve, pues las centrales de Almaraz y Vandellós tienen de plazo para renovar sus permisos hasta el 31 de marzo.