La mezzosoprano extremeña Elena Gragera y el pianista Antón Cardó presentan hoy en el Festival Ibérico de Música en Badajoz canciones sefarditas populares, a las que se les puso música en el siglo XX

Investigadora del patrimonio musical, esta cantante nacida en Badajoz ha desarrollado en compañía del pianista Antón Cardó una singular carrera en recitales y en la grabación de discos, en los que ha prestado una atención especial a la música española.

--Acude a Badajoz con canciones sefardíes del siglo XX.

--Sí. Son canciones cuyas músicas se han compuesto en el siglo XX pero con las letras de la época en que fueron escritas, en el siglo XVI y XVII

--¿De dónde las ha sacado?

--Hace años que estaba interesada en estas canciones, así que he buscado en bibliotecas de España y Holanda, donde viajaron muchos judíos expulsados de España. Luego hemos grabado un disco.

--¿Qué cuentan esas canciones?

--Son letras populares, tristes en muchos casos, de amor en otros, que hablan también de los expulsados de esta tierra.

--Si no es por su madre, usted no sería cantante.

--Es cierto. A ella le gustaba mucho la música, pero no pudo estudiarla. Así que quiso que alguna de sus hijas lo hiciera. Entonces puso a mis hermanas un profesor de música y yo, que era muy pequeña, seguía las enseñanzas detrás de la puerta hasta que mi madre se dio cuenta de que había aprendido más que ellas y me matriculó en el conservatorio de Badajoz.

--Ha renunciado a la ópera.

--Porque combinarla con los recitales lleva mucho tiempo, así que había que renunciar a algo. Y yo creo que con los recitales hago una labor más interesante.

--¿Cómo mantiene viva su carrera?

--Haciendo que cada proyecto sea diferente. Por ejemplo, pasando de la música sefardí, como la de este disco, al siguiente que he grabado, Pasión argentina , en el que canto algunos tangos. De esta manera no he encontrado monotonía en mi carrera. Además viajo mucho, cada público es diferente...

--La música española le atrae especialmente.

--Sí. He querido recuperarla o darla a conocer por primera vez. Es un trabajo que me he propuesto como cantante española.

--Su acompañante, Antón Cardó, es también su pareja. ¿Cómo se plantean la relación?

--Para nosotros es apasionante. Afortunadamente tenemos una casa grande y cada uno dispone de su espacio para trabajar y ensayar. Por ahora lo compaginamos bien.

--¿Ha llorado cantando?

--Llorar no; pero sí emocionarme, sobre todo interpretando obras de autores vivos que han escrito para mí.

--No ha cantando aún con la Orquesta de Extremadura.

--Me duele decirlo, pero no sé por qué no se han interesado por mí. Yo he ofrecido mis servicios y no es una cuestión de caché. No pongo condiciones.