Además de la crisis general que afecta a todos los sectores, la odontología sufre su crisis particular. Determinadas clínicas comerciales han proliferado en estos años de dificultades lastrando un sector cuya demanda ha ido cayendo, con los consecuentes riesgos para la salud. "La gente se mueve solo por dinero pero no hay odontología cara ni barata, solo buena y mala", explica el vicepresidente del colegio de dentistas de la región. "Te puedes mover dentro de unos límites, pero dentista es mi profesión, no mi negocio. Somos profesionales de la salud, no comerciantes", dice Elías Corbacho. Este médico avisa que hay algunas clínicas que se rigen únicamente por dinero, que están usando materiales de baja calidad, haciendo tratamientos que no son necesarios y cuyos diagnósticos son diseñados por comerciales y no por especialistas. "Nadie da duros a cuatro pesetas". Y quien los da es porque tiene letra pequeña. "Los dentistas no vendemos productos, ofrecemos un servicio con calidad variable y esa calidad es la que hace que haya precios diferentes, pero dentro de unos límites". Por eso recomienda acudir a profesionales de confianza y huir de ofertas agresivas. "Siempre hay truco, no hay que dejarse engañar por precios milagros y garantías de por vida, porque eso no lo tienen ni los propios dientes". Lo importante, insiste, es no poner en riesgo la salud y la boca es parte de ella.