La ausencia de precipitaciones está agravando semana a semana la situación de sequía en la región. Y el mejor indicador de esta coyuntura es el estado en el que se encuentran los grandes embalses de la región, que a estas alturas del año están con un 25% menos de agua acumulada del volumen medio que almacenaban en estas fechas durante la última década.

En este momento las reservas de los pantanos de las cuencas del Guadiana y el Tajo a su paso por Extremadura están por debajo de la mitad de su capacidad máxima. En conjunto, entre todos suman 6.306 hectómetros cúbicos, cuando su techo es de 14.225. Es decir, se encuentran al 44% de su aforo. Si se compara con las condiciones en las que estaban hace justo un año, se puede observar el importante deterioro experimentado en estos 12 últimos meses. Así, al cierre de julio del 2008 los embalses de la región se encontraban al 57% de su capacidad, con 8.199 hectómetros cúbicos, casi 2.000 más que en la actualidad. Esto equivale al consumo de agua de todos los hogares, negocios e instituciones públicas --exceptuando la agricultura-- en dos años.

Y el diagnóstico es todavía peor en relación a las reservas medias de agua que ha habido, también en esta época, durante los últimos diez años. En este sentido, entre 1999 y 2008 los embalses acumulaban 8.938 hectómetros cúbicos, como media, encontrándose al 63% de su capacidad, según la información procedente del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.

Todo ello se ve reflejado sobre todo en el estado de los grandes pantanos. Así, Valdecañas está al 34% de su aforo, con 487 hectómetros cúbicos cuando la media de la última década era de 721 (al 50%). El de Alcántara apenas almacena 1.521 hectómetros (48%), frente a los 2.231 habituales a estas alturas del año; el Cíjara tiene 501 (frente a los 818 de la última década) y Gabriel y Galán, así como el de la Serena, se encuentran con unas provisiones casi un 50% inferiores a las que venían siendo frecuentes dese 1999: concretamente, y por este orden, tienen 268 y 1.264 hectómetros cúbicos (están al 29 y el 39% respectivamente). Aunque tal vez la situación más grave sea la del embalse de Cornalvo, que solo dispone de uno de los 11 hectómetros que tiene capacidad máxima.

FALTA DE PRECIPITACIONES Las confederaciones hidrográficas del Tajo y el Guadiana achacan esta situación únicamente a la escasez de precipitaciones durante los dos últimos años. Así, según los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología, el nivel de lluvias en la mayor parte de Extremadura es un 25% inferior a lo habitual, en comparación con las series históricas de las últimas décadas. Y en zonas como Las Hurdes esa reducción de las precipitaciones llega a ser superior al 50%.

En esta coyuntura, la Confederación del Guadiana mantiene la situación de prealerta por sequía en toda la cuenca y tiene activada la alerta en los embalses de Alange y Llerena, así como en la zona del Lácara y Ruecas. Es más, en Cornalvo, Tentudía y Zafra el estado es de "emergencia". Por su parte, desde la Cuenca del Tajo explican que se ha activado el nivel de prealerta en la zona del Arrago y el Alagón, mientras que el área del Salor han declarado la alerta. No obstante matizan que las únicas restricciones en el abastecimiento y suministro se impuesto en la zona del Arrago, a instancia de los propios usuarios y únicamente para el riego.