Los Empalaos de Valverde de la Vera congregarán en la media noche del Jueves Santo a unas 15.000 personas en las calles de esta localidad cacereña de apenas 650 habitantes.

Los empalaos recorren el vía crucis --con 14 estaciones-- descalzos y vestidos tan sólo con unas enaguas. Sobre los hombros llevan un timón de arado y sus brazos y torsos se recubren con soga simulando la crucifixión. La cara va cubierta con un velo, sujeta con una corona de espinas, y de los brazos penden unas vilortas --con tres aros de hierro cada una-- que avisan de su paso y ayudan a mantener el equilibrio. Además, llevan una toga, símbolo del crucificado.

Las personas que se empalan se visten motivadas por una promesa o una manda , como se denomina en la localidad, hecha a Dios. Se trata de un acto de agradecimiento por ver su petición satisfecha.

Aunque hasta última hora no se sabe cuántos empalaos se vestirán, la alcaldesa del municipio, Nemesia González, explicó ayer, durante la presentación de esta fiesta en Cáceres, que cada año salen entre 35 y 40 hombres. Las mujeres se visten de nazarenas-- aunque no hay prohibición expresa de que se empalen, no lo hacen por tradición-- y superan el centenar. Empalaos y nazarenas van acompañados en su recorrido por los cirineos, que alumbran sus pasos con un farolillo.

"La persona que se viste de empalao se encuentra consigo mismo e invita a todos a la reflexión y la devoción", explicó González, quien destacó que los empalaos se sienten arropados "por el silencio y el respeto" de las personas que se acercan el Jueves Santo a Valverde.

La alcaldesa estuvo acompañada en la presentación por la diputada cacereña de Turismo, Fernanda Sánchez, el presidente de la Cofradía de la Pasión de Jesucristo y Hermanos Empalaos, Jesús Patón.

MANTENER EL RITO La diputada destacó que Los Empalaos es una de las fiestas más "emblemáticas" de la provincia cacereña y una de las pocas que goza de la declaración de Interés Turístico Nacional.

Por su parte, Patón explicó que los esfuerzos de la cofradía se dirigen a que este rito, "recibido de nuestros antepasados, no se desvirtúe en ninguna de sus facetas". Asimismo, señaló que estudian la posibilidad de que la cofradía y la universidad popular del municipio organicen un curso conjunto para enseñar a las nuevas generaciones a vestir a los empalaos, "porque gente experta queda ya muy poca".