La población infantil extremeña sigue las tendencias occidentales y cada vez se alimenta peor, según los datos recogidos en la última encuesta de salud de Extremadura, realizada por la Consejería de Sanidad, que estudia los indicadores sanitarios de los menores de 15 años.

En el apartado dedicado a Estilos de vida se recoge que son muy pocos los niños que consumen habitualmente alimentos como pescado, verduras o legumbres, mientras el pan, los dulces y los lácteos tienen mayor presencia, si bien en lo que se refiere a este último grupo de alimentos, donde se incluye la leche, el yogurt y el queso, los especialistas cuestionan que se ingieran las cantidades adecuadas, es decir, el equivalente a medio litro de leche diaria como mínimo.

EL DOBLE DE OBESOS

Además, y dentro de este mismo apartado, se recoge que un 36% de la población infantil extremeña ve la televisión más de dos horas al día, a lo que habría que añadir el tiempo que se dedica a los videojuegos o los ordenadores. En el lado opuesto, más del 73% de los niños no hacen ningún tipo de ejercicio o lo hacen de manera ocasional, y sólo el 19% participa en juegos que exijan actividad física de manera regular.

Esta combinación entre peor alimentación, que prima la ingestión calórica por el consumo de cierto tipo de alimentos, como los precocinados o la bollería industrial, junto con una vida cada vez más sedentaria, ha disparado las alarmas por el incremento de la obesidad infantil.

De hecho, esta tasa se ha duplicado en la última década, y los últimos datos recogidos hablan de que en Extremadura hay en torno a 20.000 niños con problemas de obesidad (entre el 10% y el 15% de la población menor de 15 años).

Además, otro porcentaje muy elevado, aunque sin cuantificar con precisión, padece problemas de sobrepeso, como estado intermedio entre el peso normal y la obesidad. De ellos, el 40% tendrán problemas de obesidad cuando lleguen a la edad adulta.

Con todo, el principal problema que deja entrever esta encuesta de Sanidad es que los hábitos nutricionales de los niños no hacen más que seguir los patrones marcados por sus padres. Así, la misma encuesta, pero realizada a los adultos, reveló que éstos tampoco son muy dados a tomar legumbres, verdura o pescado, alimentos que incluyen en su dieta de manera muy esporádica, si acaso una o dos veces por semana.

Otro tanto ocurre con el ejercicio, que apenas realizan de manera regular el 7% de los extremeños.

Pese a todo, los adultos tienen el convencimiento de que ni ellos ni sus hijos padecen obesidad, y la inmensa mayoría aseguran que están en el peso normal.