Los trabajadores de las tres empresas de Carcesa en Extremadura se volvieron a concentrar ayer a las puertas de las factorías de Mérida, Montijo y Don Benito para reclamar soluciones con el objeto de mantener sus puestos de trabajo en la región "ante la descapitalización de estas industrias solventes por el endeudamiento del grupo Nueva Rumasa". Así lo manifestaron los representantes de UGT y COO congregados ante la planta de Mérida, que han protagonizado un nuevo paro de 15 minutos al que también ha asistido el alcalde de la capital extremeña, Angel Calle.

En este acto, los trabajadores se han mostrado "preocupados" por sus empleos, dada la caída de actividad en la factoría causada por la falta de proveedores. Uno de ellos es José Manuel, que "cada día se va a peor" y según ha destacado, desde hace tres meses les "tiene ya casi parados".

En la misma línea se ha manifestado su compañero Manuel, quien ha asegurado que estas factorías, "al no disponer de materias primas para poder trabajar, no pueden continuar con la producción de patés, callos y otros productos, pese a que hay demanda de mercado".

350 EMPLEOS El secretario general de UGT Extremadura, Francisco Capilla, ha alertado de que están en juego alrededor de 350 puestos fijos, a los que hay que sumar entre unos 700 u 800 empleos temporales. "En estos momentos no nos podemos permitir que se pierda ni un solo puesto de trabajo en la región", aseguró tras explicar que "Carcesa es totalmente viable, que está ganando dinero y que funciona bien", pero que al formar parte del grupo Nueva Rumasa, se ve afectada por el preconcurso de acreedores.

Para el secretario general de la Federación Agroalimentaria de CCOO en la región, Antonio Candelo, las factorías de Nueva Rumasa "son muy importantes para Extremadura, puesto que aportan miles de puestos de trabajo" y por ello consideró que lo que es necesario es cambiar el modelo productivo.

Por su parte, Calle señaló que "el Ayuntamiento de Mérida le ha dado todo a Carcesa y por ello no va a consentir que corra peligro o que haya follones para los trabajadores". El consistorio emeritense recordó además "el follón urbanístico que hubo que hacer para mantener la fábrica y sus empleos" y que si es necesario "sacar a los ciudadanos de Mérida a la calle, el ayuntamiento lo hará sin dudar". El edil concluyó afirmando que "no tiene sentido" que Extremadura pague por una mala gestión