La Asociación Extremeña de la Empresa Familiar (AEEF) solicitó ayer la equiparación del impuesto de donaciones con el de sucesiones, tras la modificación anunciada por la Junta de Extremadura de bonificar el 99% de este, aunque insistió en que «lo deseable sería la eliminación completa» de ambos.

En una nota, AEEF explicó que así se lo han transmitido hoy al presidente regional del PP, José Antonio Monago, con el que se reunieron para estudiar la situación actual del impuesto de sucesiones y solicitar su supresión.

El presidente regional de la AEEF, José Piñero, trasladó al PP la necesidad de que se trabaje para que Extremadura cuente con un marco fiscal lo más favorable posible para la empresa familiar, ya que con ello se contribuirá a la continuidad, se evitará la deslocalización, se atraerá inversión y se garantizará el empleo y el desarrollo económico de la región.

Además, solicitó «sensibilidad» con las empresas familiares, ya que para la continuidad de estos negocios es «recomendable» la planificación de la sucesión y que el relevo generacional se produzca en vida del empresario, para lo cual es necesario que el impuesto de donaciones tenga un tratamiento similar que el de sucesiones. En su opinión, si se quieren poner en marcha procesos de relevo generacional que garanticen la continuidad de las empresas familiares es fundamental contar con un impuesto de donaciones que lo facilite, ya que la planificación de este proceso es mucho más favorable en vida del empresario porque el sucesor no tiene que esperar a la muerte del mismo para asumir la propiedad y/o gestión. José Piñeiro se mostró favorable a la propuesta de la Junta de bonificar al 99% todas las herencias de padres a hijos, de hijos a padres y entre cónyuges, ya que «es una medida que sería positiva, de salir adelante en los términos planteados».

EL 80% DEL PIB / Por su parte, Monago destacó en rueda de prensa que, según la AEEF, el 80% del PIB extremeño lo generan las empresas familiares que operan en la región, por lo que le ha trasladado su preocupación en materia tributaria «y que no se castiguen» las donaciones. «Si esta es gravosa, hay que esperar al fallecimiento del titular, con lo que la sucesión se hace de manera forzada porque muere el titular», dijo Monago, quien agregó que el 70% de las empresas mueren de la primera a la segunda generación.