La dedicación que requiere el negocio del cerdo ibérico ha aparcado de momento algunos de los proyectos que tenía en cartera la sociedad Brumale, entre ellos, la apertura de una tienda de productos ibéricos en Montánchez, otra en Cáceres y, a partir de ahí, la creación de una franquicia nacional de alimentos de la región. La idea no se ha desechado, aunque se retrasará para concentrarse "en sacar un ibérico de calidad", señala Gustavo Pérez. Igualmente, se ha paralizado la comercialización de aceite de oliva, espárragos y pimientos del piquillo que realizaba la sociedad a través de una cooperativa de Almendralejo y una proyectada quesería en Nogales.