El cinco por ciento de las exportaciones extremeñas, con un valor de unos 80 millones de euros anuales, tiene como destino el Reino Unido, una cifra de relevancia que las empresas de la región esperan no perder tras el brexit, aunque se analizan posibles mercados alternativos para minimizar ante «un brexit duro».

El secretario general de la Confederación Empresarial Extremeña (CREEx), Francisco Javier Peinado, afirmó ayer en Badajoz, durante la Jornada La empresa española ante el Brexit, que si el acuerdo firmado entre la UE y Gran Bretaña se ratifica habrá un periodo transitorio de dos años «de tranquilidad», aunque las empresas deben ir más allá.

Las compañías han de plantearse, sobre todo si se diera el peor escenario, «un brexit duro», que los traspasos comerciales con el Reino Unido llevarían aparejados repentinamente controles aduaneros y administrativos, con más costes para las empresas por aranceles y por aumento de la burocracia.

Extremadura exporta principalmente productos agroalimentarios, entre los que destacan el tomate y sus derivados y la fruta de hueso, incluidos dos de los grandes referentes autonómicos, la ciruela y la cereza.

Junto a su gran calidad, la fruta extremeña es hoy competitiva en cuanto a precios, un factor que puede perder en Gran Bretaña debido a la imposición de aranceles, para lo que se debe estar preparado a través de dos vías: intentar no perder ese carácter competitivo y buscar otros destinos alternativos.

Peinado reconoció que esos nuevos mercados también tendrán aranceles, pero que éstos «no son iguales en todos los países» y algunos mercados los abaratan por muy diversas circunstancias. Sea como fuere, el presidente de la patronal extremeña manifestó que la decisión británica de abandonar la UE ha supuesto un reto para las empresas extremeñas ante el que de momento «se debe ser cauto».

Además de alimentos, Extremadura exporta maquinaria agrícola, productos químicos o servicios tecnológicos, entre otros, aunque representan una cifra mucho menor.