El tradicional encuentro del Cristo Resucitado y la Virgen de la Aurora vivido en la madrugada de ayer en la plaza de España puso fin a una semana de pasión y penitencia en la capital pacense. Este fue uno de los momentos más emotivos esperados por el público, que a pesar de la hora y las bajas temperaturas acudió a esta procesión, que salió a las 0.30 horas del Real Monasterio de Santa Ana, en pleno corazón del casco antiguo.

El tiempo le dio un respiro a esta cofradía, que durante el sábado sufrió por la lluvia caída sobre los pasos, que desde por la mañana esperaban preparados en el patio del convento de Santa Ana, al no tener casa de hermandad ni otro espacio, por lo que tuvieron que cubrirlos con plásticos. A pesar de ello, la Virgen de la Aurora tuvo que desfilar sin luz, porque la lluvia de la tarde mojó todas la velas y resultó imposible secarlas.

Antes de iniciar la marcha, la cofradía obsequió, como otros años, a las monjas de clausura de Santa Ana con una representación del Encuentro a las puertas del convento, por lo que situaron los pasos uno frente al otro y el Resucitado hizo una reverencia a su Madre, igual que harían horas más tarde en la plaza de España.

Después partió la procesión. El Cristo a hombros de sus costaleros y detrás la Virgen llevada por una treintena de mujeres, acompañados por 65 nazarenos con túnica de color beige y por la música de la banda de cornetas y tambores de la cofradía, que este año estrenó uniforme.

Otro momento especial, fue el paso por la ermita de la Soledad, donde la procesión se detiene para entregar un ramo de flores a la patrona de Badajoz. Mientras, desde lo alto del campanario derramaron pétalos de flores sobre el Resucitado.

El momento culminante se vivió en la plaza de España, donde pasadas las dos de la madrugada se ´encontraron´ el Cristo y la Virgen. El ambiente se tornó en alegría. Los pasos de esta procesión de gloria son más coloridos, la Virgen estrenó un vestido brocado dorado con tonos beige y lució el manto azul que le bordaron las religiosas de Santa Ana.

La cofradía, según su hermano mayor, José Antonio Pinilla, espera estrenar la próxima Semana Santa un paso nuevo, el de La Sentencia, que representará el misterio de Jesús sentenciado por Pilatos, compuesto por seis imágenes, "un proyecto para cuatro o cinco años, pero esperamos tener el próximo año al Cristo y dos romanos".