Endesa ha cifrado el impacto del acortamiento del nuevo permiso solicitado para la central nuclear de Almaraz, por debajo de los diez años, en aproximadamente 15 millones de euros para todo el año, indicó ayer el director financiero de la compañía, Luca Passa. Passa, durante la conferencia con analistas para presentar los resultados de la compañía en el primer trimestre del año, señaló que habrá que hacer ajustes contables por el protocolo que las compañías propietarias de centrales nucleares firmaron con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).

Según el calendario acordado para cerrar de forma ordenada todas las plantas hasta 2035, Almaraz será la primera que cierre en 2028 y su prórroga se ha solicitado por 7,4 años para el grupo I de la central y por 8,2 años para el II, en lugar de por diez años, como se venía haciendo hasta ahora.

El consejero delegado, José Bogas, precisó que el acuerdo alcanzado con Enresa es positivo, pues viene a reconocer que la energía nuclear es necesaria para tener precios competitivos, mitigar las emisiones y asegurar el suministro al proporcionar flexibilidad al sistema en el proceso de transición.

Respecto a la subasta de renovables en Canarias en la que salen a adjudicación 217 megavatios (MW) de potencia instalada, dijo que el plazo para la admisión de ofertas se extiende hasta primeros de julio y que la idea de Endesa sería tener unos 100 MW.