Las enfermedades del corazón le cuestan a los extremeños lo equivalente al presupuesto municipal de una ciudad como Mérida: 42,8 millones de euros anuales (7.200 millones de pesetas), según los datos de la Dirección General de Planificación Sanitaria, que aseguran que las cardiopatías causan el 35% del total de las defunciones, siendo la principal causa de muerte por encima del cáncer.

Sólo a hospitalización, la Administración regional destina cada año 13 millones de euros (2.100 millones de pesetas) y los tratamientos con fármacos rondan los 1,4 millones de euros (233 millones de pesetas). A todo ello hay que añadir los 10,25 millones de euros anuales (1.700 millones de pesetas) que sufre la región por improductividad laboral debido a la mortalidad prematura de la enfermedad, una cifra a la que hay que sumar la improductividad laboral por incapacidad temporal, que es de casi 3,5 millones de euros (580 millones de pesetas).

Aunque la incidencia de la cardiopatía en la región es de las más bajas del país --tiene una tasa de 472 por cada millón de habitantes--, los expertos coinciden en que las cifras son preocupantes. En España estas enfermedades suponen un coste anual de 1.948 millones de euros.

Por ello, el Ministerio de Sanidad ha elaborado un Plan Integral de Cardiología que ayer fue presentado a los consejeros de Sanidad, entre ellos el extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien criticó la falta de financiación del proyecto para su puesta en marcha. El objetivo del ministerio es intentar reducir factores de riesgo como la obesidad y el tabaquismo.