La OCM de Frutas y Hortalizas se enfrentó ayer a su primera jornada de negociaciones, en busca de arrojar luz --y consenso-- a una propuesta de reforma contradictoria, que no satisface plenamente los intereses de los principales países productores: España, Francia, Italia y Grecia y que siembra la duda sobre el futuro de cultivos como el del tomate.

La apuesta de la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer, que se presentó la semana pasada, se inspira en la idea de pagar por no producir . De este modo, incrementa el cupo de producción con derecho a primas en sectores como el del tomate --del que Extremadura concentra el 80% de la producción nacional-- y eleva en un 68% las subvenciones, al tiempo que desvincula todas las ayudas de la producción. En este punto radica la controversia, ya que aunque incrementa las ayudas, no garantiza el futuro del cultivo del tomate, poniendo en peligro a un sector con 3.000 productores en la región. Fischer defiende que la propuesta otorga más "libertad" al productor para adaptar su cultivo a la demanda.

La propuesta de Bruselas ha dividido a los 27, y en España, a las regiones, los agricultores y las organizaciones agrarias. Así, frente al respaldo manifiesto de Asaja-Apag, UPA rechaza la idea de cobrar sin cultivar.

En medio de posiciones enfrentadas, el consejero extremeño de Agricultura, José Luis Quintana, hizo ayer un llamamiento a la unidad para que la reforma "sea la mejor posible" y recordó que las propuestas de Bruselas "tienen como principal objetivo dividir a los países a las regiones, y si es posible, también a los agricultores". Quintana abogó por un sector unido por el objetivo común "de mantener el cultivo, las fábricas y el empleo".

En pos de soluciones y unidad, el consejero de Agricultura se reunió ayer con representantes agrarios y miembros de la Unión Extremeña de Cooperativas (Unexca). Tras el encuentro, la unión de cooperativas mostró su disposición a profundizar en la propuesta de Fischer, para "determinar y defender lo que más interesa" al sector del tomate.

Mientras tanto, la ministra española de Agricultura, Elena Espinosa, afirmó en Bruselas que el Gobierno español está "conforme con la propuesta europea de reforma y consideró "lógico" que la primera propuesta no recoja todos los intereses de España, que "además de ser el primer productor, cuenta con un sector de frutas y hortalizas muy complejo". Espinosa mostró su perplejidad por las críticas que la propuesta de Bruselas ha suscitado en España, aunque coincidió con sus homólogos de los principales países productores de Europa en la necesidad de "perfeccionar algunos aspectos" del documento.

Mucho más crítico fue el ministro francés de Agricultura, Dominique Bussereau, que frente a la conformidad de países como España, Grecia o Italia, calificó la propuesta europea de "insatisfactoria".