La anciana N.H.V., de 81 años, que falleció este sábado después de que su marido --I.N.C., de 80-- le asestara una cuchillada en un brazo, fue enterrada ayer en el cementerio de Jarandilla de la Vera, su localidad natal. La agresión tuvo lugar el viernes en el Hospital Campo Arañuelo de Navalmoral de la Mata, en el que la víctima se encontraba internada en coma irreversible.

La extrañeza por lo sucedido era ayer la sensación más común entre los numerosos asistentes al sepelio de la anciana, ya que la pareja, que no tenía hijos, llevaba más de cinco décadas de matrimonio, sin que se conociesen desavenencias de importancia entre ellos.

Sin embargo, algunos vecinos de Jarandilla se inclinaban a pensar que en el ataque que I.N.C. propinó a su esposa pudo influir el hecho de que ésta ya llevase bastante tiempo enferma en casa, y que su situación se hubiese agravado la semana pasada al sufrir un percance cerebro-vascular y un posible infarto.

Según explicó el director del Hospital Campo Arañuelo, Andrés Bejarano, la mañana del viernes, alrededor de las 9.30 horas, los familiares de un enfermo ingresado en la misma habitación que N.H.V. alertaron de la existencia de un charco de sangre junto a la cama que ocupaba la víctima.

NO OPUSO RESISTENCIA Acto seguido, personal de urgencias y enfermería se desplazó hasta allí, donde hallaron al marido de la herida con una navaja en la mano y sin que se mostrase consciente de lo ocurrido ni opusiese ningún tipo de resistencia. "Nadie apreció ensañamiento en su conducta ni siquiera que haya sido consciente de la agresión", explicó el director del centro hospitalario.

Tras el suceso, el anciano fue ingresado en el Hospital Psiquiátrico de Plasencia, mientras que su cónyuge fue sometida a una intervención quirúrgica en la que se le amputó la mano y parte del brazo. Sin embargo, pese a que en un principio superó la operación, falleció un día después debido a la importante pérdida de sangre que había sufrido, y que se unió a su ya delicado estado de salud.