El sector turístico afronta uno de sus momentos más complicados, con una caída de la demanda inédita a causa del covid que, tras un verano negro, se da por seguro que se llevará buena parte la temporada de otoño y obligará a replantear la forma de hacer turismo. En ese contexto asume María José García Curto (Aldeanueva de la Vera, 1966) la presidencia del Clúster del Turismo de Extremadura y reivindica la unión de las empresas y colectivos del sector para superar juntos el bache y, si es posible, salir reforzados.

Ya estaba en la directiva pero se pone al frente del clúster en un momento complicado para el sector turístico ¿Cómo lo afronta?

Es un momento tan complicado que a veces, cuando nos sentamos a hablar, no sabemos ni por dónde empezar a abordarlo. Nuestra rutina es muy diferente a todo eso, incluso caótica. Pero en ahora esa rutina caótica se ve muy afectada por la incertidumbre que genera la situación actual. Nos afectan las noticias de covid que van saliendo, las reservas se caen de un día para otro y no puedes planificar tu negocio y a tu personal.

¿Y qué ideas tiene para abordar esos problemas desde el clúster y la innovación que se plantea en el turismo desde su colectivo?

Hay que darle un giro a la gestión interna de las empresas y hay que darle un giro a determinados procedimientos en las empresas, pero esto no es de un día para otro. Tenemos que analizar las diferencias entre nuestros socios abordar la interconexión entre las empresas para que cada proyecto sea beneficioso para todas y repercuta en el resto del sector. De esto solo podemos salir unidos.

¿El turismo está abocado a reinventarse?

Es una palabra que no me gusta mucho, pero sí nos tenemos que adaptar a vivir con la situación que vivimos por el covid y convivir con él. La reinvención ahora no es tan sencilla como en la crisis del 2007, porque la demanda seguía ahí. Pero ahora eso no existe, la demanda se ha caído y ese es uno de nuestros mayores problemas. Quizás se trata de hacer la ‘reinvención’ hacia esa escasa demanda, pero tienes trabajadores en ERTE y grandes estructuras que mantener que no sabes cómo lo vas a hacer, porque no estás ingresando.

La apuesta por la transformación a través de la innovación es algo a medio o largo plazo. Pero con los malos datos que se acumulan, las empresas necesitarán soluciones inmediatas para garantizar su supervivencia.

Es que tenemos que conjugar el corto, el medio y el largo plazo. El corto plazo es la inmediatez que tenemos todos para obtener más ingresos de los que tenemos y poder mantener las empresas. Porque el verano no ha sido lo que esperábamos y, si bien el mes de julio no estuvo mal, en agosto empezaron a caer las reservas. Además, el verano tiene dos fotografías. Por un lado el turismo rural y el norte de Extremadura, y por otro el turismo urbano y el resto de Extremadura. Uno ha funcionado y otro no. No toda Extremadura es turismo rural y no todo el turismo rural es la casa independiente con piscina que demandaba el turista.

¿Y en qué punto cree que se podrá encontrar el equilibrio?

En el punto en el que seamos capaces de compatibilizar economía y salud. Los empresarios no queremos que nos den ayudas, queremos trabajar. Pero no es el escenario ideal y para poder trabajar habrá que reeducar a la población y transmitirle seguridad. Se oye más la cifra de rebrotes que el hecho de que hacer turismo es seguro. El riesgo cero no existe y lo asumimos todos, pero hay que trasladar seguridad a los clientes y transmitirles al público que les necesitamos. Porque además estamos viendo que, rompiéndose la cadena del sector turístico, se está afectando a muchos otros sectores con los que el turismo tiene relación.

De momento se acaba de aprobar esta semana la prórroga de los ERTEs hasta enero ¿Es un balón de oxígeno?

Lo es y lo necesitamos, porque la caída de la demanda es brutal. y aun así, estuvimos hasta el último minuto sin saber qué pasaría.

¿Las iniciativas que se han puesto en marcha desde las administraciones para ayudar al sector, como los bonos turísticos, han servido también de balón de oxígeno?

Los bonos turísticos han sido una muy buena idea, porque era una manera de incentivar la demanda dentro de Extremadura y también fuera. El problema es que han tardado mucho en ponerlos en marcha y con eso el verano se ha perdido. Se plantearon en abril y no han comenzado a funcionar hasta finales de agosto o septiembre. La lentitud de la administración no es compatible con la agilidad que necesita el sector. Y con esa lentitud, a las empresas las dejamos caer.

Plantean ustedes trasladarle a la administración un análisis con las necesidades del sector para diseñar un plan de impulso a la medida.

Tenemos que abordar una estrategia conjunta con los puntos que unen al sector turístico extremeño. No podemos seguir divididos, porque la solución va a estar en la unión del sector y el plan de impulso requiere de la participación de la administración.

Por lo que ha dicho, entiendo que en el sector turístico no esperan mucho del otoño.

Las perspectivas no son nada buenas y Extremadura depende mucho del otoño. Me temo que cuando el covid se junte con la gripe va a ir aún peor. Confiamos en que aguante el sector de la caza. Pero de lo demás, no sabemos cómo va a funcionar.

A pesar de que la perspectiva no sea buena ¿El turismo puede salir reforzado de esta situación?

Debería salir reforzado. Pero para eso hay que pararse a reflexionar y diseñar ese plan de reactivación que tiene que definir cómo vamos a hacer las cosas a partir de ahora.

Usted trabaja en la organización de eventos. ¿Cómo están afrontan un futuro inmediato dominado por los eventos virtuales?

El problema es que van a seguir siendo así por un periodo largo de tiempo. Y aquí sí que no hay muchos valientes. La mayoría opta por aparcarlo para el próximo año y confía en que entonces sea más fácil todo. Y nosotros de lo virtual no podemos vivir. Los eventos y congresos no se van a recuperar en la próxima primavera porque para eso se deberían estar organizando ya.