La lluvia no asusta a los oliveros, que solo un vez, hace dos años, se vieron obligados a suspender la Pasión Viviente del Jueves Santo porque caían chuzos de punta. Pero a la mañana siguiente, cuando la representación ya había comenzado, un aguacero no impidió que las escenas continuasen, con mayor realismo aún y que actores y figurantes terminasen calados hasta los huesos. El presidente de la Agrupación Cultural Pasión Viviente, Manuel Barroso, comentaba ayer que mucho tiene que llover a la hora de empezar para suspender.

La Pasión Viviente de Oliva de la Frontera (Badajoz), fiesta declarada de Interés Turístico Regional, cumple su trigésimo octava edición, con las miras puestas en obtener la declaración de Interés Nacional, cuya solicitud aprobó el pasado lunes el pleno de la corporación municipal. Medio millar de vecinos, entre los que participan en la dramatización y en la organización, están preparados para que esta noche (a partir de las 22.00) se represente la Santa Cena, la Oración en el Huerto y el Juicio ante Caifás. Mañana, Viernes Santo, a las 12.00 horas, se reanudará con las escenas ante Pilatos, en el palacio de Herodes y el camino hacia la crucifixión. Previamente al inicio de las representaciones, el paseo de las Palmeras se ambienta con un mercado de la época. Oliva retrocede dos mil años.