Un minuto de silencio roto por un grito de dolor que incluso asustó a los presentes. El objetivo se cumplió: que el público empatizara con el miedo con el que deben vivir las víctimas a diario. Un grupo de teatro de mujeres de Piornal, con moratones pintados en la cara y vestidas de negro, interpretó parte de la obra Palabras, de Asunción Mieres, y puso voz a sentimientos y experiencias de aquellas que sufren la violencia machista. Y recordó a las que ya no están, porque fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. La última, este mismo domingo, en Huesca. Son ya 45 en lo que va de año. 973 crímenes desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar.

La escena teatral fue parte del acto institucional que acogió ayer la Asamblea de Extremadura con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que tuvo lugar el pasado 25 de noviembre.

En el mismo se leyó un manifiesto por parte de las portavoces de Igualdad de los cuatro grupos con presencia en la cámara legislativa: María Isabel Barquero (PSOE), Gema Cortés (PP), Jara Romero (Podemos) y María Victoria Domínguez (Ciudadanos). Participaron también el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, junto a miembros del Consejo de Gobierno; la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín; representantes del PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos, y autoridades civiles y militares.

Amenazadas e inseguras

Proteger a las mujeres víctimas y a sus hijos, la evidencia de que no se conseguirá una democracia plena mientras estén amenazadas e inseguras, mientras que muchas de ellas sean asesinadas, y la necesidad de un compromiso individual de toda la ciudadanía, hombres y mujeres, fueron algunos de los mensajes en los que se puso el foco. «No solo un día, sino todos los días de año», subrayaron.

Y añadieron: «La violencia machista nos interpela a todas y nuestra obligación es combatirla con todos los medios, desde todas las instituciones, cada una desde sus competencias».

La presidenta de la Asamblea aseveró que «el único rol que debe caber es el de una mujer libre, para lo que es necesario reeducar a los educandos y a los educadores, llenar las aulas de ejemplos y sistemas para que no se repitan casos de vidas abducidas por el machismo de turno».