El coordinador regional de IU en Extremadura, Pedro Escobar, propuso ayer que su partido busque una política de alianza "un poco más abierta" para que, en "circunstancias especiales" como las ocurridas en la comunidad extremeña, "simplemente se abra la posibilidad de que IU no apoye al PSOE de manera automática".

Tras intervenir en la Presidencia Ejecutiva Federal de la formación, que designó a Cayo Lara candidato a la Moncloa, defendió que IU, "siempre que sea posible, promoverá alianzas con el PSOE y otras fuerzas progresistas, pues parece conveniente", pero "no de esa manera tan taxativa de que ni por activa ni por pasiva (se deje gobernar a la derecha)".

Dicho planteamiento "tan taxativo", según apuntó, "lo que en realidad dice es que el voto en primera instancia es para IU, pero en segunda instancia se está diciendo que si le hace falta al PSOE se le va a dar (el apoyo necesario)", lo que a su juicio "puede tener un efecto negativo en cuanto al voto útil".

"Mucha gente dirá que si IU siempre siempre va a votar al PSOE, entonces directamente voto al PSOE, y eso puede ser negativo desde el punto de vista electoral", dijo Escobar, quien considera que "quizás habría que buscar una formulación un poco más abierta"

En su intervención ante la Federal, Escobar explicó también lo ocurrido en Extremadura con la abstención de IU. "Se ha producido un divorcio entre las recomendaciones que hace la Federal y lo que sienten las bases en Extremadura", y volvió a insistir en que la abstención "no ha sido un calentón ni fruto de las vísceras ni del rencor, sino recordando los últimos tres años de políticas del PSOE (en España y la región), y añadiendo los 28 años de mayoría absoluta (en Extremadura)".

En cuanto a la resolución planteada por la Federal, que "podría ser más blanda o más dura, o decir las mismas cosas de otra manera", explicó que en la misma "se discrepa de la decisión que ha tomado Extremadura", y recuerda que va a ser abierto un expediente informativo "para ver lo que ha ocurrido".

No obstante, considera que "no es previsible" que vaya a acabar en sanciones, que "se tiene que resolver pronto, porque el calendario político trae otras cosas como para entretenerse con batallitas internas". El apuesta por que todo "acabe con una aceptación serena de la discrepancia y que no tenga más consecuencias".