"Milagro", "espejo en el que mirarse" o "referencia de primer orden" fueron algunas de las expresiones que utilizaron esta semana los asistentes a la inauguración del Foro de Innovación y Crecimiento: España-Israel. Avanzamos juntos , para definir el modelo económico y empresarial que ha llevado a Israel a situarse en la primera línea mundial en materia tecnológica y de innovación. Una economía, la israelí, con apenas sesenta y cinco años de vida, en los que ha pasado de tener un carácter eminentemente agrícola --no hace tanto que la naranja era su principal producto de exportación-- a estar considerada como la Startup --empresa emergente con gran potencial de crecimiento-- nation y el país con un mejor ecosistema emprendedor del mundo. Y todo ello en un territorio con una población que no llega a los ocho millones de habitantes y con unos recursos naturales muy limitados, pero que multiplica por más de 25 el número de patentes per cápita que hay en España y por 75 el de inversión en capital riesgo. Un país en el que el petróleo o las grandes extensiones de tierra fértil han sido sustituidos por el talento y la iniciativa empresarial.

Jaime García-Legaz, secretario de Estado de Comercio, destacó el pasado miércoles en Cáceres --ciudad que acogió una de las dos jornadas del foro, la otra tuvo lugar en Mérida-- las que consieró tres peculiaridades fundamentales del modelo israelí. Para empezar, habló no solo de su elevada inversión en I+D+i (4% del PIB), sino también del protagonismo que tiene en ella el sector privado, que concentra el 70% de ese montante, lo que muestra el "compromiso de la sociedad civil" en este ámbito. También resaltó que es una sociedad que no se entiende sin el papel del emprendedor, "en la que todo son facilidades para montar una empresa y en la que a los jóvenes se les transmite que esta es la mejor forma de ganarse su futuro". Por último, subrayó un tercer factor, la internacionalización de esta economía, que está "tremendamente abierta al resto del mundo" y en la que las empresas, desde su propia génesis, "no buscan el mercado israelí sino el conjunto del mercado global". "Tres ejes --afirmó García-Legaz-- que han hecho que la palabra crisis apenas se haya utilizado allí en los últimos seis años" y que convierten a este modelo en "una referencia de primer orden para la economía española".

En su libro del 2009 Start-up nation Dan Senor y Saul Singer también resaltaban otras claves del crecimiento del sector tecnológico israelí: un servicio militar obligatorio al que se destina el 6,9% del PIB y en el que se cuida con esmero la formación y una inmigración altamente cualificada, en especial la que llegó al país en los noventa tras la caída de la URSS.

El Ministro de Industria, Turismo y Energía, José Manuel Soria, resaltó, también el miércoles, el resultado de la conjunción de todos estos factores: a día de hoy, Israel tiene la mayor concentración de innovación y de emprendimiento que puede encontrarse en el mundo; el mayor porcentaje del PIB invertido en I+D para uso civil y la tasa anual de natalidad de startups más alta del mundo (surgen unas quinientas cada año). Además, es el segundo país con más empresas cotizando en el Nasdaq --índice de la Bolsa de Nueva York que reúne las acciones de empresas tecnológicas-- solo por detrás de EEUU "y cuenta con más proyectos emprendedores que cualquier otro lugar del mundo si exceptuamos el polo de Silicon Valley". A pesar de sus limitaciones naturales y geopolíticas, concluyó Soria, han conseguido reemplazar "la adversidad por la innovación".

Compartir el modelo

"La sociedad israelí es hoy una sociedad adulta, pero con algunas características de adolescente hiperactivo. Una sociedad dinámica y supercreativa", aseguró por su parte Alon Bar, embajador israelí en España. "Hemos decidido que la mejor manera de celebrar 65 años de la independencia es compartir la experiencia y los éxitos israelís con otras zonas en España que como nosotros quieren ver la innovación como un importante motor de enriquecimiento de la economía y del futuro", sostuvo.

En este sentido, sobre la posibilidad de exportar el modelo israelí a otros países o regiones como Extremadura, el director del fondo de capital riesgo israelí Vertex, Ehud Levy, aseguró en una de las ponencias del encuentro que con una estrategia adecuada y la implicación ciudadana, Extremadura también "puede crear un ecosistema que genere crecimiento económico" en el ámbito de la innovación. Este experto reconoció que existen "similitudes" entre la situación que actualmente tiene la comunidad autónoma y la que tenía Israel hace 20 años, cuando se comenzó a crear "el ecosistema" necesario para el desarrollo de la innovación, por lo que considera que este país puede prestar una gran colaboración en el diseño de la estrategia extremeña en esta materia. Este ecosistema, según Ehud Levy, debe basarse en el recurso humano, la infraestructura y la financiación, porque esta última sola "no es suficiente" sino se cuenta con la cultura adecuada. Levy aprovechó el foro para anunciar que esta empresa, una de las principales de Israel en el campo de la innovación, esta interesada en financiar proyectos en España, para lo que están en conversaciones con algunas empresas que actuarían como socios locales.

Para otro de los particicipantes en el encuentro, el vicepresidente del Instituto Weizmann de Israel, Mudi Sheves, una "educación de alta calidad" es la clave para alcanzar el desarrollo en innovación y aunque es una "decisión política", cree que en estos momentos España "está en el punto" adecuado para iniciar ese camino. Para apostar por esa educación superior consideró necesario invertir también en "ciencia básica" porque esta permitirá llegar a nuevos descubrimientos y tecnologías. A su juicio, una buena educación llevará a una buena infraestructura para toda la industria, además de que hay que invertir en la transferencia de tecnología desde la universidad a las empresas privadas y que se cuente con el apoyo de toda la sociedad.

Para Sheves, hay "puntos débiles" y en estos momentos España no tiene un buen sistema de innovación, pero esta en un buen momento porque la crisis actual "es una buena oportunidad". En su opinión, uno de los puntos principales para la innovación es empezar "en lugares difíciles" y no estar satisfechos con la realidad, aunque añadió que para ello es necesario que el Gobierno una sus fuerzas con universidades y empresas.

Admitió que "sin dinero es difícil hacer cualquier cosa", pero matizó que "siempre hay dinero publico y la cuestión es dónde pones ese dinero y cuáles son tus prioridades". En esta línea, recordó que cuando Israel se constituyó como Estado "se empezó sin nada y sin recursos naturales" y pese a todo el Gobierno decidió apostar por la educación superior "y lo que estamos viendo en los últimos veinte años son los frutos de esa decisión". Para Mudi Sheves, es una cuestión de decisión política, "pero los políticos suelen tomar la decisión correcta solo después de intentar cualquier otra decisión". "Tal vez en España han intentado cualquier otro camino y es el momento de tomar la correcta decisión", aseveró.