Por fin. A sus 26 años y trabajando como conserje en un colegio, Sara Pérez espera estrenar casa el mes próximo. De momento, ya se ha registrado como demandante de alquiler en una inmobiliaria y está preparando su solicitud de la renta de emancipación, trámite que se puede llevar a cabo desde ayer.

Hasta ahora, Sara siempre ha vivido con sus padres en Villanueva de la Serena, de donde procede. Allí buscará ahora su primera vivienda, que pretende alquilar en febrero. "Gracias a la ayuda de 210 euros, porque con el sueldo que gano no tenía para emanciparme", comenta con la ilusión de que "ahora muchos jóvenes vamos a poder vivir por fin por nuestra cuenta".

De hecho, varias amigas de Sara también pedirán la subvención. "Algunas ya viven de alquiler, compartiendo piso, y ahora les saldrá más barato", explica. En su caso, prefiere vivir sola y, en principio, cumple todos los requisitos precisos para que le concedan la ayuda, por lo que espera que su independencia se haga efectiva en poco tiempo. Su único temor está relacionado con la necesidad de presentar un contrato.

"La mayoría de los pisos en alquiler no se declaran, por lo que ya me han avisado que algunos propietarios no van a querer hacer contrato", indica. Sin embargo, no cree que los precios vayan a subir, sino que simplemente "quizá voy a tener menos donde elegir, pero espero tener suerte".