Para Maribel Cáceres (Badajoz, 35 años) no existen las barreras por más que la sociedad se las quisiera imponer constantemente. Siempre ha sido una mujer activa y luchadora y eso le ha llevado a lograr un nuevo hito: Maribel se acaba de convertir en la primera persona con discapacidad intelectual que forma parte de la junta directiva del Comité Español de Representantes de las Personas con Discapacidad (CERMI), el máximo órgano de representación, defensa y acción de la ciudadanía española con discapacidad. Tras una infancia difícil en el ámbito escolar, a los 18 años le fue diagnosticada la discapacidad y empezó a tomar conciencia de la «discriminación» que sufren a lo largo de su vida las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, unas 3.000 en la comunidad. A los 20 años se asoció a Plena inclusión Montijo, donde vive actualmente en un piso compartido tutelado, y ahora trabaja en la federación regional de esta entidad en Mérida como formadora impartiendo charlas de sensibilización en centros educativos o instituciones, entre otras tareas. Hace tres años dio «el salto nacional» para seguir su lucha: ser la voz de quienes no la tienen. En pocos meses pasó a formar parte del Grupo de Apoyo a la Dirección, de la junta directiva y del Equipo de Líderes de Plena inclusión España, así como del Patronato de Fundación CERMI Mujeres. Ahora, sigue escalando.

-¿Qué supone este nuevo nombramiento?

--Desde el punto de vista personal es todo un reto para mí y desde el punto de vista profesional va a ser otro sobre todo de aprendizaje, pero también una oportunidad para trasladar la voz de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en el lugar donde se toman las decisiones más importantes sobre los temas que realmente nos afectan.

-¿En qué consistirá su labor en este órgano? ¿Cuándo está prevista la primera reunión?

--Todavía no hay fecha. Lo que sé por el momento es que yo empiezo como vocal.

-CERMI se creó en 1997, ¿por qué cree que se ha tardado más de 20 años en que haya una persona con discapacidad dentro de su dirección?

--Las personas con discapacidad estábamos acostumbradas a que nos defendieran nuestras familias o profesionales. Yo creo que ese es el principal motivo, pero ahora vamos a ser parte nosotros mismos y es un hito a nivel histórico.

-¿Cuándo dio el primer paso y alzó la voz para tomar parte de las decisiones?

--La verdad es que siempre he sido muy reivindicativa y he luchado por lo que creo y poco a poco vamos haciendo cosas en el movimiento para que se vayan alcanzando nuevas conquistas sociales. Di el primer paso después de asistir a una formación sobre derechos de las personas con discapacidad que ofreció Plena inclusión Extremadura debido a la gran injusticia que había sobre las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Estando allí me dije a mí misma: ‘Yo puedo cambiar algo y ser la voz de mis compañeros con discapacidad’. Y es lo que he estado haciendo hasta ahora.

-Y lleva ya muchos años. ¿Qué ha sido lo más difícil en este tiempo?

--Lo más difícil es que se tenga en cuenta nuestra opinión y que se nos valore. Somos personas autónomas y adultas, con nuestros propios pensamientos, llenas de sueños e ilusiones.

-¿Cuáles son las principales barreras con las que os encontráis hoy en día las personas con discapacidad intelectual?

--Sobre todo el desconocimiento de la discapacidad y la propia discriminación porque no se nos valora como personas. Me refiero a que siempre nos ponen la etiqueta de personas con discapacidad, no de personas con derechos y capacidades.

-¿Qué cosas son las que más le molestan de nuestra sociedad?

--La sociedad es exclusiva y me molesta la discriminación que sufrimos las personas con discapacidad intelectual. Deberíamos vivir en una sociedad que viera el potencial y la cantidad de cosas que podemos hacer con los apoyos que necesitemos.

-Uno de los propósitos principales que se recoge en la Convención de Derechos de las personas con discapacidad es el goce pleno y en igualdad de todos los derechos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad. ¿Qué reivindica?

--Lo que le digo a la sociedad y sobre todo a los gobiernos, porque al fin y al cabo son los que mandan, que si hay una Convención de Derechos por qué no se cumple. Por qué, por ejemplo, no hay una educación inclusiva real, no hay un empleo con las mismas condiciones pero con los apoyos necesarios para cada persona, porque todas las personas somos diferentes. Pues eso es lo que pedimos nosotros, que nuestros derechos se garanticen, que los tenemos, pero la mayoría de la veces no se cumplen.

-En el 2021 se va a crear la Plataforma Española de Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo, que será una estructura de participación para las personas dentro del movimiento asociativo Plena inclusión, ¿qué le parece esta iniciativa?

--Yo he sido una de las personas que ha lanzado el guante para que esta iniciativa sea una realidad. Es muy bueno porque nosotros llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo sitios y órganos de gobierno donde haya la misma cantidad de familiares como de personas con discapacidad para que así sea más enriquecedor.

-¿Cuando comenzó en el movimiento asociativo esperaba llegar a estar en la dirección del CERMI?

--Para nada. No esperaba que esto fuera a ser tanto, algunas veces lo pienso y digo ‘madre mía’.