Son extremeños, estudian Medicina en la Universidad de Salamanca y durante varias semanas han formado parte de los equipos médicos de varios hospitales del mundo. Esta posibilidad la brinda la Asociación Juvenil de Intercambio de Alumnos de Medicina de Salamanca (Ajiams), que entre otras actividades, cada año organiza una especie de Erasmus para futuros médicos. ¿Qué aporta la experiencia? «Es una oportunidad de vivir algo único, no solo desde el punto de vista profesional, sino también personal», cuenta Estela Estévez. Esta extremeña, de Valverde del Fresno, ha pasado un mes en Seúl, en el Chung-Ang University Hospital. «En Corea del Sur tienen un nivel tecnológico muy alto, me ha sorprendido mucho. El hospital tenía unas 900 camas y era como una ciudad en sí misma con restaurantes, tiendas, bancos...». Ha rotado, además, por varios servicios: Oncología Médica, Urgencias, UCI, Neurocirugía... «Es muy interesante porque te permite conocer cómo funcionan otros sistemas sanitarios». Luego está también la parte más humana: nuevos amigos, una cultura distinta y practicar inglés. «Es una experiencia muy enriquecedora en todos los sentidos», insiste Estela.

Piensa lo mismo Raquel Gónzález, de Navalmoral de la Mata, que ha pasado un mes de intercambio en Brasil. «Quería irme a un país en el que mi presencia se notase y pudiera ayudar». Y durante un mes ha sido un miembro más del equipo del servicio de Neonatología del Hospital de Maternidade Therezinha de Jesus, en Juiz de Fora. «La sanidad en Brasil es muy diferente a la española, allí no hay clase media y los problemas sanitarios también son distintos. Hay muchas enfermedades de transmisión sexual, infecciones, embarazos de mujeres muy jóvenes... Faltaban manos, no había mucho tiempo de descanso, pero he aprendido muchísimo y la gente ha sido muy amable conmigo», recuerda la extremeña que quiere convertirse en pediatra y ya piensa en otro próximo intercambio por el mundo: «Quizás en África», dice.

El cacereño Jorge Macedo tampoco descarta repetir la aventura porque «merece mucho la pena; me gustaría ir a Latinoamérica». Él también estudia Medicina en Salamanca, pero este curso está de Erasmus en Roma. Antes, durante el verano, estuvo de prácticas en Belgrado (Serbia). «Me animé a participar porque tenía muchas ganas de hacer una rotación larga, ver cómo funciona un sistema sanitario diferente al nuestro y la cultura de este país sobre el que solemos tener muchos prejuicios».

Confianza con los pacientes

Confianza con los pacientes¿Y cómo ha sido la experiencia? «Me ha aportado mucho a todos los niveles. Al nivel más académico, he adquirido nuevos conocimientos y más confianza a la hora de tratar con pacientes. En Belgrado he vivido muchas de mis primeras veces en cirugía. Y a nivel personal, he conocido a mucha gente y es un enriquecimiento cultural inimaginable. Te abre mucho la mente». Este cacereño ha formado parte del equipo de Cirugía Torácica del Centro Clínico de Belgrado, el más grande de Serbia. «Nuestra tarea consistía un poco en lo mismo que el estudiante de prácticas en España, seguir al médico, ver las operaciones... No obstante, conforme iba avanzando la rotación, nos permitieron realizar procedimientos prácticos a los pacientes e incluso ayudar en quirófano».

Algo más cerca de Salamanca, pero igualmente enriquecedora, ha sido la experiencia para Pedro Fragoso, de Torre de Santa María (Cáceres). Este estudiante de Medicina pasó parte del verano en el servicio de UCI neonatal del Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo. «Me frenaba un poco el idioma así que preferí un lugar de España. Las últimas semanas me sentí como un residente más, he aprendido mucho y la experiencia me ha hecho plantearme incluso ser pediatra», cuenta. «Culturalmente no ha sido muy diferente a lo que ya conocía, pero profesionalmente ha sido muy interesante. Es un hospital muy puntero en tecnología, allí por ejemplo la comida a los pacientes la llevan robots, y personalmente me llevo amistades para toda la vida».