Esta es la historia de dos pueblos con mala fama. De esa que, como Sísifo con su roca, es difícil desprenderse. Puerto Hurraco y Corte de Peleas son dos de los municipios con peor reputación del país, al menos en Internet. Lo dice el buscador Google, que no les deja "sacar cabeza", cuenta Francisco Canals, director de identidadlegitima.com, encargada de analizar la reputación digital de los pueblos de España.

Uno de los ejemplos más claros es el de Puerto Hurraco, solo hay que teclear estas doce letras en Google y sigue apareciendo un largo reguero de artículos de su suceso más turbio. 20 años después poco nuevo hay que contar de aquel trágico 26 de agosto. La historia de una venganza entre dos familias que acabó con una matanza a la americana en 1990: nueve muertos, niños incluidos, y un pueblo entero sumido en esta cruenta historia contada también en los cines --El séptimo día (estrenada en el 2004)--; para airear un poco más esa mala fama que pesa como una losa. "Aquello ya pasó, solo se acuerda internet y la televisión", cuenta uno de los pocos vecinos de esta pedanía, perteneciente a Benquerencia de la Serena.

Apenas tiene 140 habitantes censados, aunque residen allí solo un centenar, pero ya están cansados del eterno sambenito. "Fue un hecho puntual que ocurrió hace 20 años, y los medios no dejan de alimentarse de eso. Nosotros somos un pueblo muy alegre y dicharachero, somos poquitos y el años pasado nos cerraron el colegio porque solo había tres niños, pero no paramos de hacer cosas, somos muy voluntariosos y alegres porque nos gusta mucho nuestro pueblo aunque tenga sus carencias", cuenta la alcalde pedáneo de Puerto Hurraco, Yoana Carrillo.

Hasta este pequeño pueblo siguen llegando hoy día curiosos movidos por el morbo de un negro suceso que parece haber empañado el resto de colores que ven sus vecinos cada día.'¿Dónde está la casa de los hermanos Izquierdo?', preguntan los truculentos turistas . 'Si te interesa la plaza o la iglesia te indico', responden los cansados vecinos. "Luego nos dicen que si nos hemos puesto todos de acuerdo para no indicar dónde se cometieron los asesinatos", comenta Carrillo. Y no, no se trata de un complot vecinal, más bien es fruto del hartazgo de estos vecinos, que ya han dejado de celebrar una misa cada 26 de agosto. "Nos molesta el runrún que siempre existe fuera, pero a nosotros no nos supone nada, aunque lógicamente nos acordamos de las personas, sobre todo los jóvenes, que fallecieron", prosigue Carrillo.

Malesto 'runrún'

Contra ese runrún solo les queda sacar a la luz su lado más optimista: "Somos un pueblo tranquilo y hogareño y participativo en todo para hacer visible sus emsombrecidos valores turísticos, ambientales o históricos, que también los tiene.

La explicación del fenómeno de la distorsión en la red la encontramos en los más de 250 algoritmos de Google cuya base se desconoce al tratarse de patentes registradas (afirma Canals) el algoritmo de tiempo, por ejemplo, otorga mayor relevancia a sitios web que gozan de una gran antigüedad, el thrust rank por ejemplo, otorga relevancia a sitios web públicos tales como medios de comunicación o medios institucionales, o el de variedad permite que un blog o pequeño foro pueda llegar a escalar hasta el top 10.

El fin de la batalla

No solo la tragedia marca la fama de un pueblo. Nombres anómalos, que pueden ser objeto de burla también contribuyen a esta mala reputación digital. Es el caso del segundo municipio extremeño de este ranking, Corte de Peleas, que no encierra ninguna historia cruenta, sólo un nombre que poco invita, de primeras, a la concordia pese a que su historia dice todo lo contrario. "Se le puso ese nombre porque aquí era precisamente donde terminaban las batallas durante la Guerra Civil", cuenta el alcalde, Ramón Pulido.

Era aquí donde se daba tregua a las armas para dar paso al amor. "Aquí se juntaban los mozos y la mozas", dice el alcalde, sorprendido por esta mala fama digital. "No tenía ni idea de que nos miraban mal fuera por el nombre, pero al menos nos sirve para darnos a conocer, aunque aquí ya tenemos muy buena fama por el vino de los Condes de la Corte, que consiguió una medalla de oro en Nueva York y nuestra fábrica de repelado almendras que surte a todo la región". Con estas bondades, qué importa el resto. "Esto es un pueblo muy tranquilo, que digan lo que quieran".