El brigada de la Guardia Civil José Padilla Aparicio, exjefe del Destacamento de Tráfico de Trujillo, asegura ser víctima de un complot en las acusaciones de extorsión vertidas contra él.

Así lo indicó ayer en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Cáceres, al afirmar reiteradamente que los empresarios le denunciaron "como represalia por haber perdido conmigo la exclusividad que tenían en el mantenimiento de los vehículos oficiales de la Guardia Civil". Y también implicó en el supuesto complot a agentes de su propio destacamento, a los que calificó de "canallas, sinvergüenzas y cobardes" por actuar contra él "sólo por exigirles cumplir con todos sus deberes".

LOS HECHOS Padilla fue acusado en diciembre del 2002, por una denuncia anónima, de extorsionar a los dueños de talleres y concesionarios de vehículos de Trujillo, utilizando su autoridad para no pagar por ciertos productos y servicios. Estos mantuvieron en el juicio las acusaciones, pero el procesado insistió en su falsedad y en el hecho de que todo respondía a que por él cumplir una orden interna del Cuerpo, que insta a llevar los vehículos a los concesionarios oficiales y a simultanear los talleres para no incurrir en trato de favor, "estos empresarios dejaron de ganar unos 6.000 euros al mes".

Este hecho fue reconocido por los industriales, que negaron, no obstante, haber actuado motivados por ello. Junto a éstos, un carpintero trujillano declaró también en contra del acusado por el impago de unas facturas.

Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación, ejercida por la Asociación Unificada de la Guardia Civil, estimaron probado el delito de extorsión, por lo que mantuvieron sus peticiones de prisión --12 y 7 años respectivamente--. La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución, alegando que no se puede hablar de extorsión cuando su defendido, "como los propios testigos han reconocido", nunca les intimidó ni utilizó la violencia contra ellos, y porque, además, "ninguna acusación se ha probado".