La Infección por tuberculosis bovina en Extremadura ha subido en los últimos 4 años. Esto significa que en 2015 alcanzó un 12.23%, que en comparación a la de 2014 supone 10 puntos por encima de la media nacional. Si no se alcanzan los objetivos que marca la UE para la reducción de la tuberculosis, se pone en riesgo la cofinanciación de los programas de erradicación a partir de 2018. Esta zoonosis afecta a la producción, a la sanidad vacuna y a los trabajadores del sector.

Juan Antonio Latorre, responsable en Zoetis, ha expresado que “la identificación de áreas de mejora sanitaria ha concluido y la formación al veterinario y ganadero en temas relacionados con las principales patologías para posibilitar su control, son algunos de nuestros principales objetivos”.

Por otro lado y en el marco de la jornada sobre la tuberculosis en ganado bovino, celebrada en Mérida, expertos en la materia han aportado información científica y útil sobre el caso en Extremadura a los 350 asistentes.

A continuación, José Luis Saéz, de la subdirección General de Sanidad de la Producción Primaria del Ministerio de Agricultura, ha ofrecido un visionado de la situación en Europa, cuyas las zonas con mayor riesgo se encuentran en el sur de España, Reino Unido y parte de Irlanda. Solo España, Irlanda, Portugal, Reino Unido y Austria tienen programas de erradicación de tuberculosis aprobados y cofinanciados por la Unión Europea en 2016 con una partida de 62.756.000€.

Medidas

Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, La Rioja, Madrid y Valencia son las regiones con mayor número de casos. Por ello, el objetivo es situar la prevalencia de la enfermedad por debajo del 2% en 2020, del 1% en 2025 y e inferior 0.1% en 2030.

El ponente ha señalado que es esencial cumplir el Plan Nacional de Erradicación de la tuberculosis, “si no cumplimos los objetivos, comprometeremos la cofinanciación de la UE a partir de 2018”. Ha incidido además en que el cultivo de estas bacterias de crecimiento lento es dificultoso y casi impracticable lo que complica el diagnóstico de la infección, aparte de la descontaminación química para impedir el crecimiento de otras bacterias que reducen la viabilidad de las micobacterias que hay en las muestras.

Por otro lado, la puesta en duda de la fiabilidad de las pruebas de diagnóstico por parte de las administraciones públicas hace que “productores y veterinarios se cuestionen el programa de lucha”, ha informado Matilde Moro, representante de los productores de vacuno de carne.

En consecuencia, Asoprav (Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne) pide la publicación de los resultados de los programas e inspecciones a las administraciones públicas, y pide ayuda para poner medidas de bioseguridad en las granjas.

Finalmente, Moro ha avisado que “el consumo aparente en España ha disminuido un diez por ciento en los últimos 30 años y exportamos cerca de 166.000 toneladas de carne y 171.000 cabezas; cuidado por tanto con las barreras comerciales de índole sanitario”, puesto que los destinos principales de vacuno español exigen que la cabaña de origen esté “libre de enfermedades de declaración obligatoria”.

Han intervenido, además, el director del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria, Lucas Domínguez de la Complutense, Javier Hermoso de Mendoza de la Universidad de Extremadura, Alberto Chaves de la Subdirección General de Seguridad Alimentaria, Inmaculada Montero, jefa de Servicio de Recursos Cinegéticos y Piscícolas de la Junta de Extremadura y Cristina Sanz, jefa de servicio de Sanidad Animal de la Junta de Extremadura, clausurando la jornada Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Magrama.