Entre enero y septiembre del pasado año, Extremadura exportó a los principales países emergentes (los denominados BRIC : Brasil, Rusia, India y China) por valor de casi 53 millones de euros. Este volumen de expediciones es bastante modesto si se compara con el total de las exportaciones realizadas por la región en ese mismo periodo (un 4,4% de 1.207 millones), pero no es menos cierto que su progresión en los últimos años ha sido muy positiva. Desde el 2009 han aumentado casi un 60%.

BRIC es un acrónimo utilizado por vez primera en el 2001 por el economista Jim O'Neill --en la actualidad presidente de la gestora de Goldman Sachs-- en un informe en el que hablaba de los que, a su juicio, serían los principales actores económicos a mediados de este siglo. Aunque todavía queda algún tiempo para confirmar si estas previsiones se cumplen o no, parece que, como mínimo, no iban desencaminadas. Entre 2000 y 2008 promediaron tasas de crecimiento del PIB por encima del 8%, cerca de seis puntos más que la media del grupo de los siete . Y aunque la debilidad de las economías occidentales les esté pasando factura, las magnitudes macroeconómicas de estas naciones siguen siendo demoledoras. Recientemente se hacía pública la cifra de crecimiento de la economía China en el 2012. Fue la menor de la última década y, aun así, se situó en el 7,8%.

Si hasta ahora la progresión de estos países emergentes se ha cimentado en el fenomenal auge de sus exportaciones, parece que el consumo interno comienza a tomar el relevo como motor de desarrollo. Esto abre la puerta cada vez en mayor medida a la llegada de productos del exterior a unos mercados que presentan, además, unas extraordinarias características demográficas. India, por ejemplo, suma ya una población de más de 1.100 millones de habitantes, de los que la tasa de mayores de 65 es inferior al 5%, frente al 20% de los países occidentales.

De estos cuatro destinos, el que hasta ahora ha concentrado una mayor parte de las exportaciones extremeñas ha sido Rusia, con ventas por valor de más de 25 millones de euros en los nueve primeros meses del año. "En Rusia hace ya años que tenemos un promotor y las ventas van evolucionando bien", indica Miguel Córdoba, director general de Ordenación Industrial y Comercio de la Junta de Extremadura, que, sin embargo, considera que en Brasil aún se está "muy por debajo del potencial" de la comunidad autónoma, mientras que tanto en China como en India, resalta, el volumen de envíos es "prácticamente insignificante" (5,8 y 1,2 millones de euros, respectivamente. "China es un tren que está pasando, pero India es un tren que va a empezar a pasar y no podemos perderlo", apunta. "Son mercados con mucho potencial por su población y porque tienen una clase media cada vez más consolidada", coincide Antonio Masa, director general de la Cámara de Comercio de Badajoz.

SABER ADAPTARSE Los productos agroalimentarios copan la mayor parte de las ventas extremeñas a estas economías emergentes. En el caso de Brasil, la fruta supone tres cuartas partes de la comercialización. Pedro Mansilla, director comercial de Naturcrex, una empresa frutícola que lleva trabajando en este mercado más de una década, señala que la clave ha estado en que el sector fruticultor extremeño "ha sido capaz de adaptarse" a las preferencias brasileñas en materia de apariencia y sabor de la fruta --muy dulce--, lo que ha permitido ganar terreno en un mercado tradicionalmente orientado a los Estados Unidos.

En cuanto a Rusia, los transformados del tomate y el tabaco son los capítulos que suman la práctica totalidad de los envíos mientras que en el de China es la lana la que ocupa el primer lugar, por encima de los vinos.

Aunque se trata en todos los casos de países que también son grandes productores agroalimentarios, Miguel Córdoba incide en que eso no impide que puedan suponer una oportunidad para las empresas extremeñas de este sector. La forma de conseguirlo, argumenta, "es la puesta en valor de nuestros productos. En China, por ejemplo, el consumo de aceite es brutal, pero no se consume de oliva, sino de colza o de soja. Algo parecido sucede con los vinos de calidad, que también son otra de nuestras bazas", arguye. "No producen lo mismo que podemos ofrecerles nosotros. El caso más evidente es el de fruta. ¿Quién iba a pensar que podríamos ir a vender fruta a Brasil, cuando es un país eminentemente productor?", apostilla.

A su juicio, las empresas extremeñas están "cada vez más preparadas para salir al exterior, con profesionales más cualificados". Sin embargo, añade, la mayor parte de ellas siguen

careciendo de un "tamaño que les permita sostener inversiones en el tiempo", un factor fundamental, recuerda, a la hora de trabajar en otros mercados. En este sentido, asegura que desde el ejecutivo regional se están "apoyando todas las iniciativas de empresas que se agrupan, ya sean del mismo o de distintos sectores, para unidas tener un poco más de tamaño" y poder así vender fuera.

Por su parte, Antonio Masa afirma que el empresariado extremeño ya está "perfectamente preparado" para operar en estos países emergentes. Eso sí, insiste en que se debe hacer siempre "conociendo el mercado al que se va y sabiendo cuáles son los posibles demandantes de tu producto, no se puede ir a ciegas". También en que hay que ser conscientes de que se trata de proyectos para los que hay que tener "cierta posición financiera para cubrir los imprevistos que puedan surgir" y de que se trata de inversiones que dan su fruto "a medio o largo plazo. Aquí no se llega y se besa el santo, y menos en estos mercados".