Un año muy complicado en lo sustancial. La última memoria anual elaborada por el Consejo Económico y Social de Extremadura (CES) es clara: la debilidad de la economía de la región y su secular situación de desventaja respecto al resto de autonomías han contribuido a que en los 12 meses anteriores la crisis se agudice, si cabe, de una forma mucho más intensa. El Producto Interior Bruto (PIB) experimentó un descenso más acusado que el nacional; los históricos desequilibrios de la estructura productiva no ayudaron y los indicadores relativos al consumo privado fueron negativos. No obstante, dentro de las complicaciones que la economía extremeña padeció a lo largo del año pasado, las exportaciones, que paliaron en parte la debilidad de la demanda interna, aportaron algo de esperanza. El saldo comercial continuó en su tendencia alcista y las ventas de las empresas extremeñas en el exterior crecieron un 8,6%, a un ritmo mayor que en el conjunto nacional.

La memoria correspondiente al año pasado, recientemente publicada, cuenta que el 2012 fue una etapa muy complicada en lo sustancial para Extremadura, que no ha sido ajena a los esfuerzos realizados para evitar el rescate de la Unión Europea (UE) a España y los mecanismos establecidos para la reducción del déficit público. En este contexto, el estudio refleja que los importantes ajustes en el gasto público hicieron que la comunidad, donde la Administración tiene un peso muy importante, sufriera la crisis de una forma mucho más intensa. El resultado fue una caída del 2,5% en el PIB frente al 1,1% nacional. En cuanto a la productividad, si bien es cierto que aumentó a una tasa del 2,76%, no se puede considerar como un indicador positivo porque la subida se debe a la destrucción de empleo y no al aumento de la producción.

En este sentido, el estudio recuerda que en la región persisten ciertos desequilibrios que atañen a su estructura económica, el principal el abultado peso de los servicios públicos, que es del 28,31% frente al 17,6% nacional. Esto ha contribuido a que los ajustes en la Administración hayan afectado en gran medida a otros ámbitos, especialmente al empleo. "Es evidente que un cambio en este orden es de difícil logro y sobre todo debe hacerse de una forma razonada, razonable, consensuada y en un horizonte temporal amplio", reconoce el CES.

Sobre los indicadores relativos al consumo privado, la memoria apunta que han sido muy negativos, destacando especialmente las fincas hipotecadas (-35,2%), el índice de comercio minorista (-8,42%), el consumo de energía eléctrica para uso doméstico (-10,98%) y la matriculación de turismos (-21,86%), todos ellos con gran incidencia en el PIB. A esto hay que sumar, por su trascendencia sobre la marcha de la economía, el descenso del crédito al sector privado, superior al 10%. En 2013, la situación está mejornado y probablemente, el estudio de este año reflejará datos más positivos.

LA SOLUCION, FUERA Dentro de este panorama tan complicado, fue el comportamiento del sector exterior lo que arrojó algo de luz, pues palió, en parte, la debilidad de la demanda interna. El saldo comercial continuó en la senda alcista de años anteriores al pasar de los 448,29 millones de euros registrados en 2011 a los 681,8 de 2012, lo que representa un incremento superior al 50%. La tasa de cobertura, que da cuenta de lo que las exportaciones suponen sobre las importaciones, mejoró notablemente del 144% al 175%. Por provincias, cabe destacar que los intercambios comerciales tienen mucha más importancia en Badajoz, más volcada hacia el exterior que Cáceres. La primera exportó en el año 2012 por valor de 1.233,97 millones con 61.938 operaciones, mientras que la segunda lo hizo por 356,59 millones con 11.627 operaciones. El saldo comercial de Badajoz ascendió a 627,13 millones y el de Cáceres a 54,68.

Los números del sector exterior dan cuenta de cómo las importaciones disminuyen un 10,5% al tiempo que las ventas al exterior crecen un 8,6%, haciendo posible esa mejora en el saldo comercial. La evolución del comercio exterior extremeño fue mejor que en el conjunto nacional, aún siendo en este ámbito también positivo. Así, las exportaciones españolas crecieron un 3,44%, mientras que las importaciones disminuyeron a una tasa del 3,70%, lo que determinó que la tasa de cobertura alcanzase el 87,86%.

Los principales productos que exporta la región tienen que ver fundamentalmente con el sector agroalimentario (vino y frutas y hortalizas sin transformar o preparadas), aunque en los últimos meses también han ido cobrando más fuerza las ventas exteriores de fundición, hierro y acero, que han crecido un 35% con respecto al 2011, y tabaco, que lo han hecho un 27%. Los países de destino de estos productos fueron Portugal, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Turquía, Rusia, Argelia, Marruecos, Brasil y EEUU.

Pese a la caída del consumo, los precios aumentaron un 2,8%, entre otras razones por la subida del IVA del 18% al 21% y el incremento del precio de los combustibles. Esto ha supuesto una pérdida de poder adquisitivo para amplias capas de la sociedad extremeña: los trabajadores sin cláusula de revisión, los jubilados y los empleados públicos.

Desde el punto de vista social, la memoria destaca que el comportamiento del mercado de trabajo fue muy negativo, pues el paro alcanzó en 2012 cifras "muy elevadas": 165.000 desempleados como media anual, con unas tasas de desempleo juvenil muy altas. En este contexto, la memoria del CES recomienda intensificar y redefinir las políticas activas de empleo y de formación profesional, a la vez que hace un llamamiento a todos los implicados en el proceso de diálogo y concertación social para que se adopten medidas que lleven a recuperar lo perdido por la crisis económica y financiera. El estudio también hace un llamamiento a la sociedad extremeña en su conjunto a no resignarse y participar activamente en la recuperación económica y social de la región, pues recuerda que el futuro está en manos de los propios extremeños.