Si de un tema se han escrito ríos de tinta en Extremadura es del AVE. O más bien de la ausencia de esta infraestructura. Ahora se le llama tren de altas prestaciones o tren rápido. Se le cambió el nombre -y las condiciones-, con el argumento de que así llegaría antes, sin embargo, pasan los años y, aunque sí hay obras avanzadas, la nueva vía continúa sin estrenarse. Las promesas se acumulan igual que los retrasos.

Ahora, el último compromiso es que será a finales de este 2021 que acabamos de estrenar cuando el trayecto entre Badajoz y Plasencia ya se pueda recorrer en la nueva vía. Así lo han asegurado tanto el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, como el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

La letra pequeña

Pero hay letra pequeña. Ninguno de los dos mandatarios ha especificado si la nueva plataforma se inaugurará ya con la electrificación en marcha o no. Y lo cierto es que el informe oficial del Ministerio recoge que la puesta en servicio al completo de la Línea de Alta Velocidad (LAV) Badajoz-Plasencia no se hará efectiva hasta 2023. Así se especifica en el capítulo de Estudio de rentabilidad, el último anexo del estudio informativo del tramo Oropesa-Madrid, aprobado recientemente y en periodo ahora de exposición pública para recibir alegaciones.

De este modo, aunque esta vez sí se cumpliera el compromiso, el tren en Extremadura experimentaría una pequeña mejora, pero habría que esperar dos años más para usar el máximo potencial de la nueva vía.

Vía doble

Además, habría que recordar que, dejando a un lado la lista infinita de plazos incumplidos, el estreno del tramo Badajoz-Plasencia se esperaba para el pasado 2019 y la electrificación para 2020; se demoró argumentado que en todo el recorrido se construiría vía doble.

Sin embargo, esto no es del todo cierto. Entre Badajoz y Mérida solo funcionará una única plataforma, el resto del trayecto hasta la capital del Jerte sí contará con esa doble vía (en el proyecto inicial no se contemplaba entre la ciudad emeritense y Cáceres).

Hay más. El tramo Badajoz-Plasencia es solo el primero de toda la línea de alta velocidad Madrid-Extremadura. Hasta que no esté terminado el recorrido al completo no se podrá hablar de que la región ya tiene AVE.

Y esa realidad no se vivirá hasta dentro de una década, según recoge el citado informe del Ministerio de Transportes.

Tal y como desglosan en el documento, el segundo tramo, el que discurre entre Plasencia y el límite entre la provincia de Cáceres y la de Toledo (Talayuela por un lado y Oropesa por otro) no estará operativo -incluida la electrificación- hasta el año 2025.

Y el tercer trayecto, entre Oropesa y Madrid, no se contempla hasta 2030.

Un servicio del siglo XXI

Será entonces cuando el AVE Madrid-Extremadura se pueda llamar así. Y será también entonces cuando los viajes en tren entre las principales ciudades regionales y la conexión con Atocha tendrán una duración más acorde con el siglo XXI.

Por ejemplo, el tiempo medio actual en un recorrido entre Madrid y Badajoz ronda las cinco horas y media; en 2023 el ahorro de tiempo será de una hora; en 2025, de hora y media; y dentro de una década se reducirá a más de la mitad. Solo se tardarán 2:31 minutos en llegar desde la capital pacense hasta Atocha. Al menos así lo recoge el informe del Ministerio. Otro ejemplo, entre Madrid y Cáceres el viaje no se extenderá más de dos horas con toda la vía electrificada; se reducirá a las tres horas en 2025; y a las 3:45 de media en 2023.

La mejora del servicio es más que evidente, pero queda una larga espera. En Extremadura el AVE tiene destino a 2030.

Primer tramo: Badajoz-Plasencia

El recorrido que se plantea ahora hace parada en la estación de Toledo y no sigue el trazado actual de la vía convencional que va desde Torrijos hasta la capital madrileña. Esto supone añadir unos 30 kilómetros más al trayecto. Pero también se evita una zona especial de protección de aves (ZEPA), que podría haber complicado la declaración de impacto ambiental. Así, se aprovecharía la línea de alta velocidad Madrid-Toledo para que el AVE extremeño llegue hasta Atocha.

Significa que se descarta de manera definitiva aprovechar el AVE Madrid-Sevilla, que hubiera hecho la conexión en Pantoja (en la provincia toledana pero más al norte) y habría acortado el trayecto.

El tramo Madrid-Oropesa tendrá 127 kilómetros y costará unos 1.300 millones de euros.

Habrá doble vía electrificada con traviesa polivalente y tráfico exclusivo de viajeros entre Madrid y Talavera de la Reina y mixto de viajeros y mercancías entre Talavera de la Reina y Oropesa.

Segundo tramo: Plasencia-Talayuela (Oropesa)

Casi todo el dinero que llega del Gobierno central de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) se ha destinado en los últimos años a la línea de alta velocidad Madrid-Extremadura; y en esta ocasión la mayoría de las cuantías se centrarán en la provincia de Cáceres. Concretamente, son 117,6 millones los enviados para 2021 para la infraestructura ferroviaria; de ellos, 21,8 son para la provincia de Badajoz y 95,8 para la cacereña. Es aquí donde más trabajos quedan pendientes, incluyendo la electrificación de todo el trazado, de la que todavía no hay proyecto a la vista ni promesa política de ningún color.

El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana fija el final de este proyecto en el año 2025, así se recoge en el último informe publicado el pasado mes de diciembre.

El recorrido entre Plasencia y Navalmoral de la Mata, hasta Talayuela (el límite de la provincia cacereña, el viaje continúa por Oropesa, el primer pueblo de la provincia de Toledo), se divide en siete tramos.

Como parte positiva, todos están ya en marcha, aunque habría que recordar que cinco de ellos quedaron paralizados porque caducaron las actuaciones, de manera que fue necesario activarlos de nuevo. Eso supuso acumular demoras.

Este recorrido consta de 68,6 kilómetros y su electrificación es igualmente necesaria para que el AVE Madrid-Extremadura sea una realidad.

Tercer tramo: Oropesa-Madrid

El recorrido que se plantea ahora hace parada en la estación de Toledo y no sigue el trazado actual de la vía convencional que va desde Torrijos hasta la capital madrileña. Esto supone añadir unos 30 kilómetros más al trayecto. Pero también se evita una zona especial de protección de aves (ZEPA), que podría haber complicado la declaración de impacto ambiental. Así, se aprovecharía la línea de alta velocidad Madrid-Toledo para que el AVE extremeño llegue hasta Atocha.

Significa que se descarta de manera definitiva aprovechar el AVE Madrid-Sevilla, que hubiera hecho la conexión en Pantoja (en la provincia toledana pero más al norte) y habría acortado el trayecto.

El tramo Madrid-Oropesa tendrá 127 kilómetros y costará unos 1.300 millones de euros.

Habrá doble vía electrificada con traviesa polivalente y tráfico exclusivo de viajeros entre Madrid y Talavera de la Reina y mixto de viajeros y mercancías entre Talavera de la Reina y Oropesa.