El perfil predominante de la bajada del paro en diciembre es el de mujer menor de 30 años que trabaja en el sector servicios o la agricultura, y con un nivel de formación media o baja. Traducido: contratos temporales y parciales que continúan alimentando la precariedad y que están en manos femeninas (por lo que permanece latente la brecha).

No obstante, el balance sigue siendo positivo, porque Extremadura ha cerrado 2018 con 9.842 parados menos (-8,84%); la cifra se sitúa ahora en los 101.543. Y lo que es más importante: la región también ha despedido el año con 9.460 afiliados más a la Seguridad Social (el número actual es de 394.470 trabajadores registrados).

Extremadura ha sido la tercera región con el descenso más significativo en desempleo (con más impacto en la provincia de Badajoz que en la de Cáceres), aunque en el último mes las cifras de paro sí han subido en la industria y la construcción: sectores que permiten contratos más estables y sueldos más dignos. Aunque el secretario general de Empleo, Javier Luna, aseguró ayer que durante 2018 «se ha incrementado la contratación indefinida en un 10,26%».

El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, lanzó un mensaje prudente tras conocerse los datos: «Que nadie toque las palmas porque hay mucha gente sin empleo y pasándolo mal».

Desde UGT y CCOO recordaron que no puede haber satisfacción porque no existe una contratación «estable y digna». «Las fiestas de Navidad han hecho que el paro baje en el comercio y la hostelería, pero predomina la precariedad». Por su parte, desde la patronal, aseguraron: «Extremadura va por buen camino pero muy distanciada aún de la media nacional».

En el conjunto de país, el desempleo disminuyó en 210.484 personas durante 2018 (un 6,2%), hasta situar la cifra de parados en 3.202.297, la más baja desde 2008.