Cuatro intensas jornadas en las que se ha puesto sobre la mesa cómo hacer mejores análisis periodísticos cuando de migrantes se trata. Ayer llegó a su fin, con un éxito nunca antes visto en la región, el III Congreso de Periodismo de Migraciones y Desarrollo, un proyecto de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), ejecutado por la Fundación porCausa y la Consejería de Igualdad y Portavocía de la Junta de Extremadura. Por él han pasado más de 120 expertos de diversos países del mundo que han mostrado las crudas vivencias de aquellos que tienen que salir de sus lugares de origen en busca de un futuro y de cómo es fundamental la manera de hacer el retrato periodístico de esta realidad, a la que en demasiadas ocasiones damos la espalda.

«El congreso era un éxito antes de empezar porque el hecho de reunir a mucha gente relevante del entorno del periodismo de migraciones ya lo habíamos cumplido.Partíamos con una ventaja: teníamos el mejor programa que se podía tener, pero además hemos estado avalados por más de 5.000 personas de público», dijo la directora de la Fundación porCausa, Lucila Rodríguez-Alarcón. «Extremadura se ha convertido en la radio que esperaba todo un eje de periodismo hispano», expresó la responsable, que recordó cómo los temas de control migratorio han despertado gran interés entre los asistentes.

Además, otro de los logros del congreso es que ha podido contar con los protagonistas de las historias. «El hecho de que ellos hayan participado significa que ha habido una diversidad enorme de situaciones» y ha puesto en el foco la necesidad de insertar las migraciones en el debate público y cómo recuperar la calidad del periodismo para que ocupe dicho espacio. «Cómo desterrar el discurso del odio y el periodismo de baja calidad. Esto ha permitido a bastante gente salir feliz del congreso, porque ellos, como nosotros, quieren otro tipo de información».

Igualmente, este congreso ha demostrado su gran capacidad para lograr la diversidad y altura profesional, con especial presencia de mujeres. Esta satisfacción por el triunfo de la cita la expresó también José Ángel Calle, director de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que rememoró que estos niveles de asistencia en un evento de este tipo, no tienen precedentes en una región como Extemadura ni en la cooperación de todo el estado español. «Esa cooperación extremeña tiene una identidad propia, que se basa en el feminismo, la ecología y principalmente en las migraciones».

Más de 100 sesiones, presencia de cuatro continentes (a excepción de Oceanía) y el 40% de público americano (latino y USA) avalan una cita que se prevé repetir el año próximo para «consolidar todavía más si cabe la fortaleza de la cooperación extremeña como una de las más fuertes de este país y, fundamentalmente, convertir la identidad de la cooperación en el orgullo de los extremeños y extremeñas. Somos una región solidaria, justa y llena de gente trabajadora y buena», subrayó Calle.

El blog

En la clausura estuvieron anoche presentes la vicepresidenta primera de la Junta, Pilar Blanco-Morales, y el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Magdy Esteban Martínez Solimán. Fue la de ayer una jornada emotiva en la que participó Diana Moreno, que presentó un blog del Diario Público, espacio especializado en migraciones. «Nos enfocamos mayoritariamente en el proyecto de Nuevas Narrativas de la Fundación porCausa, que busca hablar de las migraciones con otro enfoque, huir del relato de los medios de comunicación, imperante, asistencialista y maniqueo», comentó.

A su juicio, los profesionales de la noticia deben buscar ese otro enfoque, «no puede ser que siempre se representen en los medios de comunicación con las historias de las personas que llegan en patera, o con los refugiados, que es muy valioso contarlas porque son personas migrantes cuyos derechos se están viendo vulnerados, pero hay otras muchas historias que no se pueden reducir».

Los retos

Otro de los platos fuertes del congreso lo sirvió el periodista y escritor David Jiménez, exdirector del Diario El Mundo y autor del libro ‘El director’. Para él es necesario cambiar las narrativas, poner la atención en zonas de sombra del proceso migratorio más allá de la valla o el Mediterráneo, «tanto las causas en los países de origen como lo que ocurre después de la llegada a Europa o Estados Unidos, combatir los bulos, dignificar el trabajo de los freelance, fijar límites en la colaboración con las onegés a la hora de hacer periodismo en terreno y recuperar el control de la imagen frente a la manipulación», recalcó.

A Jiménez le ha preocupado constantemente cómo hacer llegar a los lectores la importancia de los movimientos migratorios y la crisis que los rodea. «En un momento de especial auge de los discursos xenófobos, populistas y radicales que denigran y criminalizan a estas personas, se plantean numerosos retos para las redacciones, y los periodistas debemos trasladar a la gente un problema que no les afecta directamente y conseguir que se pongan en la piel de aquellos que arriesgan su vida para buscar un futuro mejor en otros lugares. Por ello, los medios de comunicación juegan un papel clave y deben ofrecer una visión tolerante, realista, acabar con la indiferencia, ir al lado humano, convertir en interesante lo importante con noticias que se repiten diariamente y nunca dejarlas olvidadas al margen de la actualidad».

Y es que las migraciones son un bien público, generan un impacto positivo tanto en los países de origen como en las sociedades de llegada. «Esta frase no es una provocación, es una verdad que se apoya en la historia y en cientos de estudios realizados en todos los rincones del planeta». Y, sin embargo, estos flujos se perciben como una amenaza. «Deberíamos hablar de la bendición de la migración, no del problema. Este fenómeno no solo es inevitable, sino que genera un efecto neto positivo», aseguró. Entonces, si buena parte de la población percibe los movimientos migratorios como algo negativo es que algo está fallando. Congresos como el celebrado en Extremadura de la mano de AEXCID, la Junta y la Fundación porCausa ayudan al menos a tener la esperanza de que otro mundo es posible.