Extremadura tendrán unos 20 días más de calor extremo y peligroso para la vida humana a lo largo de este siglo, según una investigación referida a 21 países de África, Asia y Europa, incluida España. El número de días de calor extremo y peligroso para la vida humana que se producirán cada año aumentarán entre el 200 y el 500 por ciento a lo largo del presente siglo en el área mediterránea, según esta investigación, que recoge la agencia Efe. Aunque Francia será el país donde más se sentirá el aumento de las temperaturas, ya que éstas pueden aumentar muchos días hasta ocho grados, será en la costa mediterránea, sobre todo en el litoral español, y en la costa del norte de África donde más crecerá el número de días extremadamente cálidos. De acuerdo con los mapas incluidos en el estudio, que publica la revista Geophysical Research Letters, en España aumentarán una media de entre 30 y 40 días al año los días de calor extremo en Murcia, Baleares, la Comunidad Valenciana, el sur de Cataluña, el Valle del Ebro, la costa atlántica andaluza y algunas zonas del interior de Castilla y León. También aumentarán esos días, entre 20 y 30 más al año, en zonas del sureste andaluz, el interior de Murcia y Valencia, y en grandes áreas de Aragón, La Rioja, Navarra Castilla y León y el sur de Galicia. En el resto de la península se registrarán también más días extremadamente cálidos, con unos 20 días más al año, sobre todo en zonas de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, el norte de Galicia y el País Vasco. El estudio concluye que si las emisiones de dióxido de carbono -principal responsable del cambio climático- continúan al ritmo actual, el número de días extremadamente cálidos aumentará entre un 200 y un 500 por ciento al año, pero que si se reducen el incremento de esos días en los que el calor alcanza umbrales peligrosos para la vida humana subiría como máximo en un cincuenta por ciento. Los autores del estudio recuerdan que la ola de calor del verano de 2003 causó 15.000 muertes en Francia y 3.000 en Italia y establecen una relación entre el aumento severo de las temperaturas y el aumento de la mortalidad. Según los investigadores que han participado en el estudio, fenómenos como aquella ola de calor serán más frecuentes a causa de las concentraciones de dióxido de carbono, y han apuntado que las temperaturas más altas de verano que ahora se concentran en dos semanas, serán las temperaturas típicas de los días más fríos del verano. Además del riesgo para la salud humana, el aumento de los días extremadamente cálidos acarreará consecuencias negativas para la economía de los países mediterráneos, para sus recursos hídricos, la agricultura y la demanda de energía. Los investigadores advierten de que la severidad de los cambios dependerá de las decisiones que se adopten en la actualidad, y que los cambios tecnológicos y de conducta serán determinantes en el futuro. Aunque apuntan a que las disminuciones de emisiones de gases de efecto invernadero contribuirían a reducir el impacto del cambio climático, mantienen que, incluso con un escenario futuro de emisiones de dióxido de carbono reducidas, los efectos serán negativos para el clima. Los científicos han utilizado en sus simulaciones los mismos escenarios de emisiones empleados por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés) en el año 2000, tras observar que aquellos modelos son similares a los que se han generado después de aquel año. En el estudio, los científicos, de Estados Unidos, China e Italia, han utilizado el "supercomputador" del Centro Nacional del Clima de Pekín y han localizado los efectos en áreas de hasta veinte kilómetros, lo que según los autores es la resolución más alta disponible para la región mediterránea.