Extremadura es actualmente una de las regiones españolas con una tasa más alta de cambio de comercializador eléctrico, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Aunque la mayor parte del mercado sigue estando en manos de los operadores tradicionales, las firmas independientes están pisando fuerte y van ganando cuota progresivamente. También en la comunidad autónoma. Una de ellas es Aldro Energía y Soluciones, que en la región cuenta con alrededor de 4.800 clientes —en toda España rondan los 200.000—. Durante el 2019, triplicó el número de contrataciones de electricidad con respecto al 2018 y multiplicó por cinco sus clientes de gas. «La clave no es solo crecer, sino crecer y mantenerse», esgrime Eduardo Pérez, su director Comercial y de Desarrollo de Negocio, que incide en la atención como su principal baza. «Nuestro servicio de atención al cliente no está externalizado, es propio y siempre va serlo», remarca.

—La evolución al alza del número de clientes que han tenido en la región en el 2019, ¿ha sido similar a la del resto de España?

—En general sí, pero últimamente es verdad que hemos puesto más el foco en aquellas regiones que estaban un poco más ‘olvidadas’. Todo el mundo quiere vender en Madrid, Cataluña, País Vasco o Levante, pero y ¿Castilla-La Mancha o Extremadura?, por ejemplo, zonas que tienen muchísimos clientes pero que se ven menos beneficiadas que otras comunidades a priori más atractivas para las comercializadoras, que buscan un gran volumen de contratos. Se trata de núcleos de población que tienen suministro sobre todo con las cinco compañías grandes, las que formaban el oligopolio, pero a las que no están yendo otras comercializadoras a ofrecer una alternativa. Porque hay otras empresas que con menos margen damos el mismo producto y con muchísimo mejor servicio: más cercano y generando más confianza. Si hay zonas en las que los clientes siguen teniendo menos opciones, ¿por qué no dárselas? El resultado, en Extremadura, está siendo fabuloso. No tiene por qué haber solo tres comercializadoras, hay muchísimas más que podemos dar un buen producto, a un buen precio y que podemos atender de forma correcta y como se merece a estos clientes,

—¿Qué objetivos se marcan para el 2020 en la región?

—El objetivo es, al menos, duplicar la cuota de mercado que tenemos ahora mismo en Extremadura. ¿Qué vamos a hacer? Queremos potenciar nuestras fuerzas de venta, no en el sentido del puerta a puerta, sino en el de herramientas de comunicación que nos permitan ofrecer nuestro producto. En este sentido, estamos muy volcados en el ‘marketing’ digital para poder dar una alternativa a los usuarios de energía de Extremadura. En cuanto al crecimiento, queremos que sea mínimo de un 100% o 150% respecto a lo que se ha conseguido este año. Hemos notado que el cliente extremeño está muy receptivo, que le faltaba atención. Montaremos redes comerciales para poder tener presencia física en la comunidad autónoma a través de nuestros canales de colaboración locales.

—La mitad de sus clientes en la región son domésticos, un 40% negocios y el resto se reparte entre Administración y comunidades de propietarios, parece un perfil bastante diversificado...

—Nuestro foco ahora principalmente es la empresa porque al final, al tener mayor consumo, es con quien más ahorro se genera, pero nos estamos diversificando y yendo también a la parte residencial, teniendo en cuenta siempre que vender al cliente residencial presencialmente, en su domicilio, no está contemplado ahora por la normativa. Queremos crear redes comerciales en Extremadura para visitar empresas. Otra de las opciones que estamos barajando para el 2020 es tener un punto de venta en la comunidad autónoma al que puedan acudir los clientes.

—Según la CNMC, la tarifa regulada de luz fue un 11% más barata que las libres de enero a noviembre pasados, ¿cuándo conviene entonces pasarse al mercado liberalizado?

—La tendencia a los precios ahora mismo es bajista. De hecho, nosotros en diciembre hemos hecho una bajada importante. Como está el mercado ahora, con la volatilidad que tiene, irse a un mercado libre fundamentalmente es por el servicio que podemos dar las comercializadoras que operamos en él. La diferencia entre tarifa regulada y mercado libre no la tenemos que basar solamente en el precio. Hay que apoyarlo con una gestión, una atención al cliente, otros productos de valor añadido. Además, en mercado libre tú pactas un precio, sabes más o menos lo que vas a consumir y lo que vas a pagar, lo que te da cierta tranquilidad. En un mercado regulado te marcan el precio que luego va a ir subiendo o bajando. Todo depende, en cualquier caso, del perfil del cliente, no se puede generalizar.

—¿Por qué se está registrando ahora en Extremadura una tasa de cambio de comercializadora eléctrica más elevada que en la mayor parte de las regiones?

SEmDEsa rotación que se registra en estos momentos en Extremadura en el resto del país se ha ido produciendo de una manera un poco más progresiva. Como comentaba antes, hay zonas que las comercializadoras las teníamos un poco más olvidadas y ahora nos estamos volcando más con ellas. En otras comunidades esto lleva produciéndose mucho más tiempo, y el trasvase al mercado libre ha sido mayor hasta ahora. Históricamente, comunidades como Extremadura y otras donde es muy fuerte el mercado regulado y la presencia de las grandes compañías, cuando hemos llegado las pequeñas, de mercado libre, hemos creado cierta revolución. La gente ve que puede ahorrarse dinero y que no pasa nada cuando se cambia. Después de hacerlo dos o tres veces, la cosa tiende a estabilizarse. Es exactamente lo mismo que pasó hace años con la telefonía, cuando la gente fue cambiando y al principio hubo mucha rotación, Actualmente, tenemos el foco en Extremadura porque es el momento en el que está descubriendo el mercado libre. Y hay que dar alicientes para que se vea que hay otras alternativas con la misma calidad pero a un precio mucho más ajustado.