Ubicado en el polígono industrial de La Albuera (Badajoz), un municipio de 2.000 habitantes, y dotado con la tecnología más avanzada a nivel mundial, muy pocos saben que entre las paredes de sus instalaciones hay una industria biotecnológica puntera en la investigación internacional del genoma humano.

Laboratorios Larrasa, primera empresa biotecnológica que echó a andar en 2007 en Extremadura y que se centró en el genotipado animal, principalmente el cerdo ibérico, ha evolucionado hasta alcanzar recientemente lo que hasta ahora es su principal hito, la secuenciación completa de genoma humano con tecnología NGS NOvaSeq 6000.

Esta tecnología de secuenciación masiva (NGS) permite secuenciar cada 24 horas y, según explica su director y socio fundador, José Larrasa Rodríguez, con ella se ha convertido en la primera empresa española que logra algo similar gracias a que es lo último en tecnología genómica, que por el momento solo tiene este laboratorio y uno de los pocos existentes en Europa.

Larrasa (Jerez de los Caballeros, 1973), licenciado en Veterinaria de la Universidad de Extremadura (UEX), es quien está detrás de este proyecto, que tras abrir en La Albuera decidió continuar creciendo y junto a otros socios crear el grupo Genome 7, especializado en la secuenciación del genoma, en animales, humanos y microorganismos.

Esta empresa, que también cuenta con instalaciones en Granada, centra sus trabajos en secuenciar todo el ADN de una persona y su análisis completo, «lo que permitirá adelantarse al futuro y conocer si esa persona puede padecer un determinado tumor o un enfermedad de tipo cardiovascular o congénita». También se dedican al análisis genético para el desarrollo de inmunoterapias frente al cáncer, con análisis previos sobre biopsias tumorales del paciente, que permiten ver todo el perfil genético y facilitar que el oncólogo pueda diseñar después la terapia específica para ese paciente.

Microbioma

No obstante, una de las líneas en la que más trabajan actualmente es en el análisis del microbioma, que, según aclara, «son los micoorganismos que conviven con nosotros, dentro de nosotros y sobre nosotros» y que influyen en el estado de salud de cada persona.

Este tipo de análisis permite saber qué tipo de microorganismos pueden estar relacionados con la generación de un tumor o, por ejemplo, en niños autistas, comparar su microbioma intestinal con el de otro niño sin esta discapacidad e instaurarle una determinada terapia a base de dieta que puede ayudarle a reducir algunas afecciones ligadas al autismo. En su opinión, «el concepto fundamental es ir hacia la medicina personalizada o de precisión, que cuando vayamos al médico se le pueda enseñar nuestra secuencia completa de ADN y que el especialista escoja aquella parte que le interesa, para diseñarte específicamente una dieta o tratamiento».

«Lo importante no es solo tener la herramienta para sacar esta secuencia, si no saber para que sirve», afirma Larrasa, que añade que entre sus clientes figuran empresas e instituciones de diversas partes del mundo y colaboraciones con la Universidad de Harvard o el hospital neoyorquino Monte Sinaí.

Sector agroalimentario

Sin embargo, no solo se circunscriben al ámbito sanitario, ya que tienen mucha demanda del sector agroalimentario, pues mediante el análisis del microbioma de un vino o un queso se pueden descubrir aspectos e información que en manos de especialistas ayuden a mejorar la calidad de ese producto.

Larrasa, que define su empresa como «un proyecto global», sí tiene claro que quiere seguir creciendo desde Extremadura y destaca que el personal de su laboratorio son formados en la Universidad de Extremadura, «porque quiero demostrar que el talento también existe aquí».

En esta línea, Larrasa asegura que quiere situar a Extremadura en lo más avanzado en investigación del genoma humano «y ponerla en el mapa».

Cabe destacar que laboratorios Larrasa cuenta a su vez con el apoyo de la empresa publica Extremadura Avante y de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), que le concedió su máxima subvención, aunque según Larrasa, «lo importante no es solo el dinero, sino la calidad y saber que tenemos su apoyo».