Extremadura forma parte del grupo de regiones que más ha acelerado su crecimiento económico a lo largo del último medio siglo, lo que le ha permitido converger notablemente con la media española. Si hace cinco décadas la comunidad extremeña se encontraba a casi 50 puntos de la media ahora está a poco más de 25, al haber crecido 22 puntos por encima de la media española. Solo las dos Castillas y La Rioja tuvieron un mejor comportamiento, pero a muy escasa distancia de Extremadura. En el lado contrario, Madrid, País Vasco o Cataluña, que a mediados de los 50 presentaban niveles de riqueza muy superiores a la media, han perdido posiciones, aunque siguen siendo las más ricas.

Este es uno de los indicadores recogidos en el estudio Competitividad, crecimiento y capitalización de las regiones españolas , realizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). El informe destaca que, especialmente en los últimos 20 años, las diferencias en términos relativos entre la riqueza de las regiones ha descendido, pese a lo cual "el PIB por habitante de Madrid casi duplica al de Extremadura", concretamente y para el 2006, 22.945 euros por madrileño frente a 12.106 euros por extremeño.

EN LOS ULTIMOS LUGARES El avance extremeño sin embargo no ha servido para que la región deje de ocupar los últimos lugares tanto en el indicador de riqueza por habitante como en el de competitividad, medido este último como la combinación de la productividad y las tasas de ocupación y actividad.

Esta situación viene relacionada con dos factores que contempla el estudio. De un lado, el punto de partida de Extremadura. En este sentido, se menciona que a mediados de la década de los 50, la Comunidad Extremeña estaba en riqueza por habitante a casi 140 puntos de Madrid. Medio siglo después, esta diferencia ha bajado hasta los 50 puntos, pero sigue existiendo la brecha. Es de destacar en el mismo indicador que en 1955 Extremadura se encontraba a 21 puntos de Andalucía, y hoy ya va por delante.

El segundo factor que condiciona la situación actual está relacionado con cuestiones como las inversiones públicas, la formación de los trabajadores y la iniciativa empresarial.

De este modo, en 1985 Extremadura ocupaba el último lugar en cuanto a dotación de infraestructuras que hicieran de ella una región accesible y atractiva a la inversión. Hoy las infraestructuras han mejorado, pero en menor proporción que en el resto de regiones, con lo que se mantiene el último puesto y además las distancias han aumentado. En cambio, en formación la situación ha mejorado. Cierto es que la Comunidad Extremeña continúa en penúltimo lugar, sólo por delante de Castilla-La Mancha, pero a menor distancia del resto.

Respecto a lo que el informe denomina entorno productivo , es decir, grado de apertura de la economía, densidad de capital social y volumen de iniciativas empresariales, ni ha variado la posición de Extremadura (sigue en último lugar) ni su distancia al resto de regiones.

Como aspecto añadido que lastra una mayor convergencia figura el nivel de empleo, más bajo que la media. Este nivel está medido no sólo en términos de paro --donde la diferencia con la media española ha bajado-- sino también en tasa de actividad, y aquí Extremadura ha crecido, pero menos que la media (avance de 11 puntos por 14 que avanzó España). Por tanto, al haber menos personas trabajando, al dividir la riqueza que generan estos trabajadores entre el total de la población el PIB por habitante cae. Este factor se observa claramente cuando se toma la diferencia entre el PIB por ocupado extremeño y el PIB por ocupado en toda España, mucho menor que la que existe en el PIB por habitante.