Más de 7.000 toneladas de neumáticos dejan de ser útiles cada año en Extremadura o lo que es lo mismo, alrededor de un millón de ruedas. Una gran cantidad de estas acaban convertidas en asfalto, en suelas de zapatos o en losetas de goma utilizadas en los parques infantiles. Pero no todas las ruedas que dejan de ser útiles en carretera tienen una segunda vida y acaban siendo recogidas por las empresas autorizadas para ello. La legislación se escapa al control de los desguaces --se estima que hay unas 40.000 toneladas en todo el país-- y en aquellos materiales de pequeñas dimensiones como las ruedas de las bicicletas o las de gran tamaño, que superan los 1.400 milímetros de diámetro.

No obstante, nada hace temer que en Extremadura pueda producirse una catástrofe como la registrada la semana pasada en Seseña (Toledo) en un vertedero ilegal al que llevaban una década buscando solución, desde que entró en vigor la ley que obliga a revalorizar este producto.

"En Extremadura no se han localizado acopios de neumáticos fuera de uso abandonados, salvo pequeños puntos de vertido sobre los que se actúa exigiendo su retirada y gestión adecuada a cargo del causante del mismo, y subsidiariamente, a cargo del propietario del terreno", señala la Administración regional en el texto del nuevo Plan Integrado de Residuos de Extremadura 2016-2020, expuesto a información pública antes de su aprobación definitiva. Uno de esos pequeños puntos de vertidos ha sido denunciado esta misma semana en Plasencia.

Desde el año 2006, a raíz de una normativa estatal, los fabricantes e importadores de ruedas están obligados a buscar soluciones a los neumáticos en desuso. Desde entonces, cada usuario que adquiere una rueda debe pagar una tasa --de 1,33 euros de media por unidad-- que sirve para que ese neumático pueda reciclarse debidamente. Para ello, los fabricantes e importadores crearon dos entes oficiales: Signus Ecovalor y Tratamiento Neumáticos Usados (TNU), que se encargan del proceso de recogida y valorización a través de convenios con las empresas y talleres que trabajan con los neumáticos.

LA RECOGIDA Hay más de 1.100 puntos de recogida repartidos en Extremadura (talleres mecánicos, empresas de servicios, de transportes o cooperativas agrícolas, entre otros) y solo una empresa extremeña que se ocupa de agrupar y catalogar el material recogido en estos puntos. Esta empresa se llama Residuos Extremadura, está ubicada en Mérida y trabaja con el sistema Signus Ecovalor. TNU, por su parte, trabaja en Extremadura con dos empresas instaladas fuera de la comunidad.

El director general de Signus, Gabriel Leal, corroboraba hace unos días en la radio pública las declaraciones de la Administración: "Es imposible que en Extremadura se produzca lo ocurrido en el vertedero de neumáticos de Seseña". Asegura que en la comunidad no existen vertederos ajenos a la ley --hace ya una década que se prohibió tirar ruedas en los vertederos--. "La recogida de neumáticos en cualquier provincia es gratuita y no hay razones para hacer vertederos". De su control se encargan las Administraciones.

Durante el año 2014 --últimos datos-- entre los dos sistemas integrados de gestión se recogieron en Extremadura casi 7.200 toneladas de neumáticos al final de su vida útil, aunque en el año 2010 la cantidad se elevó hasta las 11.000 toneladas, la cifra récord hasta la fecha.

El grueso de estas ruedas usadas recogidas en el 2014 sirvieron para la fabricación de granza de caucho, el 73% del total. Por su parte, el 16% se utilizó como combustible alternativo en empresas siderúrgicas y cementeras y el 11% de esos neumáticos fueron destinados a la preparación para su reutilización (segundo uso y recauchutado), según la Junta. Tras la recogida y selección, los neumáticos extremeños son trasladados a distintas plantas del país, puesto que en Extremadura no existe volumen de ruedas sin uso suficientes para poder poner en marcha un centro de tratamientos posterior --se requieren al menos 15.000 toneladas al año y la región está en unas 7.000--.

Signus recuerda que los neumáticos no son contaminantes ni peligrosos. La gestión de los neumáticos sin uso forma parte del Plan Integrado de Residuos de Extremadura que la Consejería de Medio Ambiente está elaborando. Este plan incluye los nuevos objetivos de reciclaje mínimos incluidos en una directiva europea más restrictiva y en el Plan Estatal Marco de Residuos (Pemar), aprobado por el Consejo de Ministros el pasado noviembre, con el fin de desarrollar la ley en vigor desde el año 2011. El objetivo de esta ley es aumentar la recuperación de un residuo que está compuesto de elementos de gran valor. Según los cálculos de la nueva normativa, el reto es alcanzar en 2020 la cifra de un 15% para su reutilización --actualmente está en el 11%--, reducir al 40% la valoración energética --actualmente está en el 16%-- y elevar hasta el 45% el reciclaje mínimo --actualmente supera el 70%, según los datos que maneja la Administración.

PREVENCION Y CONTROL Para lograr estos objetivos, "se debe avanzar especialmente en la prevención en materia de neumáticos al final de su vida útil, fomentando el uso de segunda mano y el recauchutado, en condiciones de calidad y seguridad", señala la redacción del nuevo plan de residuos extremeños. Erradicar el vertido incontrolado de residuos, "entre los cuales tiene una especial incidencia los neumáticos fuera de uso de más de 1.400 milímetros de diámetro al haber quedad estos excluidos del ámbito de aplicación del principio de responsabilidad del productor del producto exigido por el real decreto del 2005", y promover el control sobre las importaciones de ruedas, son otros de los objetivos que se marca la comunidad en el nuevo plan para gestionar sus residuos.